Hillary Clinton recompone en 48 horas la relación con México
Obama visitará a Calderón el 16 de abril
El día 16 de abril, cuando Barack Obama descienda por las escalerillas del Air Force One en el aeropuerto de Ciudad de México, pisará sobre una alfombra invisible pero muy confortable tejida por Hillary Clinton en las últimas 48 horas. La secretaria de Estado ha logrado, en ese corto espacio de tiempo, remendar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México, muy deterioradas últimamente. Al Gobierno de Felipe Calderón le había sentado a rayos la cascada de declaraciones de responsables políticos estadounidenses (y también del Ejército) que situaban a su país como un Estado fallido, comparable incluso a Afganistán.
Clinton, consciente de que los ánimos estaban caldeados, quiso empezar a enfriarlos nada más subirse a su avión en Washington. Convocó a los periodistas que la acompañaban y les hizo unas declaraciones de urgencia, para que las conociera la opinión pública mexicana antes de que ella aterrizara. Dijo todo lo que luego amplió después: que EE UU es tan responsable como México del poder criminal del narcotráfico, que el Gobierno de Obama y el del "valiente" Calderón trabajarán a partir de ahora juntos, y que desde mañana mismo pondrán a sus policías tras los estadounidenses que venden las armas alegremente a los sicarios mexicanos. Y, todo ello, en un tono muy alejado de la prepotencia y superioridad.