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El portaeronaves británico 'Invencible', en perfecto estado, permanece vigilando las Malvinas

Andrés Ortega

El portaeronaves Invencible, orgullo de la Marina británica, se ha quedado solo, protegido por otros buques, en aguas próximas a las islas Malvinas. El otro portaeronaves, el Hermes, se ha separado de él, tomando sin duda rumbo hacia el Reino Unido. El Invencible no ha sido dañado, en contra de lo que ha pretendido la Junta argentina; este enviado especial pudo verlo con sus propios ojos cuando aterrizó sobre su cubierta, el viernes, a bordo de un helicóptero Sea King.

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ENVIADO ESPECIALEs la primera vez que un periodista lo visita desde el desembarco en San Carlos, el 21 de mayo, y la primera ocasión, desde que zarpó del Reino Unido, en que un extranjero pisa su puente. Para su capitán, Jeremy Black, su función es ahora únicamente demostrar su presencia.

Partimos de Port Stanley a bordo de un helicóptero Sea King, enfundados en trajes especiales para el caso de que el aparato cayera a este frío mar, donde sólo se sobrevive unos veinte minutos. La única condición para el viaje era no contar ni la duración ni la dirección del vuelo; los temores a una posible acción argentina siguen calientes.

Con el helicóptero pudimos dar vueltas en torno al Invencible ningún desperfecto, que hubiese sido prueba de un impacto argentino. Coincidiendo con nuestra llegada despegaron dos Sea Harrier, volviendo a aterrizar minutos después. El portaviones sigue vivo y activo. No hubo ninguna restricción para fotografías.

El portaeronaves, según comentó Black en, una conversación en torno a tina muy británica taza de té, no llegó nunca a ver acercarse ni los aviones ni los misiles argentinos. Pero hubo momentos difíciles, y el temor a ser alcanzado fue una de las razones para que el Invencible se mantuviera lejos de Port Stanley.

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El Invencible es, un portaeronaves que, aunque en esta guerra ha cumplido muy diversas funciones, está diseñado para la lucha antisubmariria. En este conflicto, aseguró un ayudante de Black, no pudo detectar la presencia de ningún submarino enemigo.

Temor a un ataque argentino

Si hubo temor a un ataque argentino, Black no sintió miedo. Estaba demasiado atareado. Fueron aquellos que en los momentos de alerta. estaban desocupados quienes más padecieron un cierto pánico. Los pilotos de los Harrier admiran el valor y la maestría de quienes estaban a los mandos de los aviones argentinos. Para estos jóvenes británicos, la guerra de las Malvinas fue su primera experiencia bélica. "Pero no estuvo mal. Fue un cambio en la rutina", comentó uno de ellos.

El capitán Black está algo descontento de que la Prensa británica haya hablado de las misiones especiales -una con destino a Argentina- que partieron en helicópteros desde su portaeronaves.

Aún está por desvelar el misterio del helicóptero que se estrelló en Punta Arenas (Chile). Se trataba, según todos los indicios, de una misión de un comando Special Air Service (SAS) para controlar los vuelos de los cazabombarderos argentinos portadores de misiles Exocet. "Hubiese sido mejor que no se hubiese hablado de esto en la Prensa".

El Invencible tuvo a su cargo la coordinación de las operaciones de los Sea Harrier. Sobre su puente, un constante ir y venir: desde los comandos especiales Special Boat Squadron (SBS), mencionados por Black, hasta el grupo de cinco periodistas británicos que, hasta el 21 de mayo, para la exasperación del capitán, ocuparon un tercio de las señales mandadas a Londres.

Black desconfía de los medios de comunicación. Les responsabiliza de anunciar que los paracaidistas se dirigían a Goose Green, permitiendo así a los argentinos reforzar su guarnición. El capitán critica asimismo la publicidad dada al hundimiento, por un misil Exocet, del destrutor Sheffield, el primer buque que alcanzaron los argentinos.

El capitán del Invencible opina que si los argentinos no hubiesen tenido confirmación del verdadero efecto devastador de este misil, la guerra hubiese tomado un cariz más favorable para el destacamento naval británico.

El Invencible tiene un millar de hombres a bordo, incluido el príncipe Andrés. Uno de los pocos pasatiempos de que dispone es el circuito cerrado de televisión, en el'cual se pasan películas, programas o entrevistas con personalidades que visitan el buque.

La última fue el jueves, con el general Jeremy Moore, comandante de las tropas en tierra y en la actualidad comisario militar y máxima autoridad en las islas Malvinas. Moore y Black se conocen de tiempo atrás.

La víspera del desembarco en San Carlos, cuando el buque de asalto Fearless pasó por delante de los portaeronaves, el Invencible le mandó una señal que se abría con: "Nos encontramos en los lugares más inusitados...".

Se trataba de un mensaje personal de Black a Moore, y se refería a la última vez que se encontraron, el 11 de diciembre de 1962, la víspera del desembarco en una pequeña ciudad de Brunei (Borneo).

El regreso a Port Stanley desde el Invencible se hizo en plena oscuridad de la noche, que cae prontamente por estos parajes. Estos pilotos están acostumbrados a volar sin luces, guiados por el radar, pues en estas condiciones han llevado a cabo numerosas incursiones y misiones durante la guerra de las Malvinas. Si alguna duda cabía, hay que disiparla: el Invencible no fue alcanzado.

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