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El ex nazi John Demjanjuk, acusado de operar en las cámaras de gas de Treblinka, llega a Tel Aviv

El ex nazi de 66 años John Demjanjuk llegó ayer a Israel, esposado y custodiado por agentes de la policía norteamericana, para ser juzgado como presunto operario de las cámaras de gas del campo de exterminio de Treblinka, donde murieron 875.000 judíos durante la Il Guerra Mundial. Más de 40 años después de la caída del III Reich, Israel obtuvo la extradición de Demjanjuk desde Estados Unidos, donde residía desde 1952, bajo una falsa identidad, trabajando como mecánico de motores Diesel en una fábrica de automóviles. Las autoridades israelíes le acusan precisamente de haber operado las cámara de gas en Treblinka, accionadas por motores Diesel extraídos de carros de combate soviéticos capturados por los alemanes.Demjanjuk, conocido por las víctimas de Treblinka como Iván el terrible, llegó al aeropuerto Ben Gurion, de Tel Aviv, a bordo de un avión de El Al, la compañía aérea israelí, y fue trasladado de inmediato, en un furgón blindado, a la prisión de Ayalón, en la localidad de Ramleh. Allí, encerrado en una celda de nueve metros cuadrados y vigilado por cámaras de televisión para evitar intentos de suicidio, esperará el inicio del juicio, previsto para dentro de un mes y medio.

"Juzgar a Demjanjuk es un deber histórico y educativo ineludible", asegiró el ministro de Justicia de Israel, Moisés Nessim.

El juicio contra Demjanjuk es el segundo que se celebra en Israel contra un criminal de guerra nazi en los últimos 24 años. El primero concluyó en 1962, con la condena a muerte de Adolf Eichinann, que había sido secuestrado por un comando israelí en Argentina.

Demjanjuk, que deberá enfrentarse a algunos supervivientes de Treblinka durante el juicio, sirvió en el Ejército soviético en su calidad de ucranio, pero se convirtió en colaborador de los nazis al ser hecho prisionero. Tenía 22 años cuando fue enviado a trabajar en las 13 cámaras de gas de Treblinka junto a otros 120 colaboradores ucranios. A Demjanjuk se le acusa específicamente de accionar las manivelas que facilitaban la entrada del anhídrico carbónico producido por los motores Diesel en las cámaras, donde los judíos morían al cabo de 20 minutos por asfixia y envenenamiento.

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