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El Vaticano es accionista de una empresa libia en Italia, según 'La Repubblica'

Juan Arias

El Vaticano posee el 20% de las acciones de una de las principales inversiones libias en Italia, la refinería Tamoil -que es la octava empresa petrolera de Italia-, según reveló ayer el diario romano La Republica. La presencia de capital libio en el país está complicando la tela de araña que envuelve la actual crisis en el Mediterráneo. De acuerdo con el referido periódico italiano, el Vaticano posee desde el pasado mes de enero, a través de una financiera suiza, el 20% de las acciones de la Tamoil, una refinería de petróleo que tiene su sede principal en Cremona y que posee 850 gasolineras en Italia.

La Tarnoil había sido cédida por la sociedad norteamericana Amoco a la First Arabian Corporation, cuyo representante era el libanés Roger Tamaz. Se trata de la octava empresa de petróleo más importante de Italia.Ante la grave crisis financiera en que se encontraba la Tamoil, el Tribunal de Finanzas dedidió intervenir su gestión administrativa el pasado mes de.julio. La situación se resolvió cuando los libios decidieron comprar la firma para ampliar su miercado petrolero en Europa.

La operación se cerró el pasado 1.3 de enero. Los libios se quedaron con el 70% de las acciones, el 20% pasó a la Sasea italiana y el 10% a Roger Tamaz. Pero, según La Republica, la Sasea es una empresa suiza apoyada en el Vaticáno, el cual está representado por el Apsa, el ente que controla la administración de la totalidad del patrimonio de la Santa Sede.

Lo que preocupa es que por la Sasea han pasado sonadas personalidades que resultaron luego estar afiliadas a la logia clandestina pseudomasónica Propaganda Dos (P-2), que presidía Licio Gelli. Algunos de ellos figuran todavía en el consejo de administración de la entidad, donde los intereses vaticanos están representados, al parecer, entre otros por el terciario franciscano André Curigier.

Según las informaciones de La Repubblica, toda esta participación de Libia en los negocios italianos se debió a una importante reunión, que duró más de dos horas, celebrada en el año 1984 en Trípoli, entre Giulio Andreotti y el máximo dirigente libio, Muammar el Gaddafi, en la que el actual ministro de Asuntos Exteriores consiguió, al mismo tiempo, que Libia pagase sus deudas a Italia.

No se excluye que todas estas filtraciones de noticias cuando Estados Unidos mantiene su amenaza sobre Libia, puedan ir dirigidas contra algún personaje como Andreotti, considerado hoy como el más capaz en Europa de apaciguar las tensiones con Gaddafi.

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Contratos bloqueados

Entre tanto, el Pentágono acaba de bloquear un contrato de Estados Unidos con la Fiat por el que la empresa italiana, con participación libia, vendía vehículos para el Ejército norteamericano. Washington no quiere, al parecer, que parte del dinero de dicho contrato acabe en Libia, que pose aún el 13% del capital de la empresa que dirige Gianni Agnelli.A todo esto, hay que sumar el baile de declaraciones y desmentidos sobre el presunto apoyo financiero del coronel Gaddafi a movimientos terroristas matices en Italia y en países europeos, suscitado por la revelación de un infórme sobre el tema del ministro del Interior, Oscar Luigi Scalfaro. El presidente del Gobierno, Bettino Craxi, y el ministro de Defensa, Giovanni Spadolini, han afirmado que no conocen el informe.

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