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Columna
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Ideas falsas sobre Europa

La crisis en Grecia no deja de traerle problemas a Europa. La situación es exasperante: cada día "los mercados" -pero ¿quiénes son estos famosos mercados que nos llevan de un lado a otro, a merced de su especulación?- aprovechan la oportunidad para lanzar una nueva ofensiva: un día es Grecia, otro día es Portugal, y ahora también Italia. Es exasperante porque Grecia constituye una parte minúscula de la Unión Europea (apenas un 3% del PIB europeo). El Gobierno griego ha hecho esfuerzos importantes y la mayoría de los griegos carga a diario con las medidas de austeridad impuestas, pero no van a hacernos creer que esto puede exceder el peso conjunto de los 331 millones de habitantes que integran la zona euro. Por supuesto, siempre hay algún hecho real que sirve de excusa.

La crisis atañe a todo el mundo y EE UU está en una situación más delicada que Europa

Para el caso de Grecia, son las constantes manifestaciones las que desacreditan el plan del Gobierno. Para el caso de Portugal, es la rebaja en la nota impuesta por las agencias de calificación estadounidenses, que tienen el monopolio de este sistema. Ya nadie recuerda que, en el peor momento de la crisis financiera, cuando el mundo entero pensaba que el sistema financiero mundial iba a desplomarse, todos los Gobiernos del G-20, sin excepción, condenaron a estas agencias de calificación y prometieron una reforma. ¿Cuándo, entonces, los Gobiernos europeos decidirán por fin confiar la tarea de competir con estas agencias de calificación, que solo protegen los intereses de Wall Street, a una autoridad europea que podría ser, incluso, un organismo derivado de la Comisión Europea? Porque tan pronto como las declaraciones del Banco Central Europeo alejaron el temor de una crisis en Portugal, esos mismos mercados ¡se lanzaron sobre Italia! Esta vez, la excusa fue política. Aunque el Gobierno italiano, principalmente el ministro de Economía, Giulio Tremonti, haya elaborado un plan coherente de reducción del déficit, que le permitiría ahorrar 40.000 millones de euros, fue la situación del subsecretario de la Presidencia, y sus problemas con la justicia, lo que dio pie al ataque contra Italia. También se dice que las declaraciones de Silvio Berlusconi, que anunció que no se presentará como candidato en las elecciones de 2013, atizaron las dudas políticas en torno al plan de austeridad. ¡Pero parece mentira! Si ya todos sabemos que existe un consenso en Italia para votar este plan de austeridad; que los italianos ya se divorciaron de Berlusconi y solo esperan una cosa: que se vaya, y que probablemente no habrá elecciones antes de 2013, año en que concluye la actual legislatura, ya que nadie quiere elecciones anticipadas, ni siquiera la izquierda.

¿Por qué? Primero porque Tremonti está haciendo bien su trabajo. Segundo, aunque más prosaico, porque en Italia un parlamentario no puede recibir una jubilación si su legislatura no llegó a término. Si se disolvieran las Cámaras, los parlamentarios italianos no tendrían derecho a su jubilación, y todo el mundo sabe que, en Italia, esa es un arma infalible contra la tentación de realizar una elección anticipada.

A estas alturas, vale la pena recordar algunas verdades y desterrar algunas ideas falsas. Verdad: la situación relativa de la zona euro es mejor que la de Estados Unidos. Tanto el nivel de déficit (15,5% del PIB) como el de endeudamiento son más bajos; la balanza de pagos está equilibrada, y si bien el crecimiento continúa siendo insuficiente y el nivel de desempleo sigue siendo extremadamente alto, hay que recordar que, desde la instauración del euro, la Unión Europea creó 14 millones de puestos de trabajo, mientras que Estados Unidos solo tuvo un aumento del 8%, como lo hizo notar Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo.

La verdad es que la crisis atañe a todo el mundo y que Estados Unidos está probablemente en una situación más delicada que Europa. La idea falsa sería, entonces, que EE UU constituye una zona más homogénea que la UE, ya que en Estados Unidos también existen brechas en el crecimiento y en las tasas de desempleo. Desde el momento en que las dimensiones son grandes, es inevitable que haya diversidad y dispersión. En cambio, lo que sí es cierto, es que la zona euro tiene un problema de gobernabilidad. Siempre volvemos al mismo punto de partida: los logros alcanzados empujan cada vez más hacia un federalismo presupuestario en la zona euro. Sabemos que Europa deberá ampliar el marco normativo que regula sus políticas. Los Gobiernos actúan demasiado lentamente y demasiado tarde. Se arriesgan constantemente a que la crisis y los mercados se les adelanten y sean más rápidos que su capacidad de reacción. Entonces sí, estaríamos ante un verdadero peligro.

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Traducción: José Luis Sánchez-Silva.

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