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La Iglesia de Cuba demanda un cambio político gradual

El 'número dos' del Vaticano visita este mes la isla e intentará hablar con Fidel

La Iglesia católica cubana está a favor de que en la isla se produzca un proceso "gradual" de cambios y considera "un paso prometedor" que las autoridades hayan admitido la necesidad de introducir reformas "estructurales". Pero, advierten los obispos, las transformaciones son urgentes y los cambios que la sociedad reclama y espera "con ansiedad" no deben postergarse.

Coincidiendo con las fiestas navideñas, y en vísperas de la celebración del décimo aniversario del viaje a la isla del papa Juan Pablo II, que dejó aquella famosa frase de "que Cuba se abra el mundo y que el mundo se abra a Cuba", la jerarquía católica ha multiplicado sus mensajes en favor de las reformas.

La reforma se espera "con ansiedad", y no debe postergarse, dicen los obispos

Para conmemorar la histórica visita que Juan Pablo II realizó a Cuba entre el 21 y el 25 de enero de 1998, a finales de este mes viajará a la isla el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede y número dos del Vaticano. Bertone podría reunirse con el presidente interino, Raúl Castro, y no se descarta que sea recibido por el mandatario cubano, Fidel Castro, de 81 años, quien desde hace 17 meses no aparece en público debido a una enfermedad intestinal. El cardenal Bertone ya estuvo en Cuba en octubre de 2005 y en aquella ocasión se entrevistó con Fidel Castro, que le pidió transmitiera al Papa Benedicto XVI una invitación para viajar a su país.

Ahora Bertone llegará a La Habana cuando la palabra cambio es la que más suena. En su mensaje de Navidad, la Conferencia de Obispos Católicos afirmó que en Cuba crecen las "expectativas acerca de cambios necesarios que puedan mejorar y transformar la vida nacional", señalando que "a través de muchos años se han acumulado dificultades que resultan agobiantes y duran demasiado".

El 1 de enero, durante una homilía en la catedral de La Habana, el cardenal Jaime Ortega aseguró que "en todos los niveles de la nación cubana" el año pasado se expusieron "un cúmulo de críticas, quejas y propuestas esperanzadoras basadas en la necesidad de cambios, aún estructurales, en la organización y desarrollo de la vida nacional".

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El arzobispo de La Habana consideró "un paso prometedor" que las autoridades pidieran "una opinión amplia sobre todos los temas preocupantes", aunque advirtió, "las decisiones" que deben responder a estas inquietudes son esperadas con "ansiedad" por el pueblo.

En su último número, la revista católica Palabra Nueva se pronunció también a favor de los cambios "graduales", advirtiendo de que estos deben apreciarse pronto. "No hay que esperar soluciones inmediatas y repentinas, es cierto. La gradualidad es más conveniente que el radicalismo impetuoso y veloz", aseguró el director de la publicación, Orlando Márquez. Sin embargo, "la gradualidad debe ser vista pronto, porque la idea de posponer una vez más las soluciones no sólo espanta, ahora sería tomadura de pelo y desaliento total", opinó Márquez.

"Comenzar a responder coherentemente a las expectativas surgidas sería la prueba de que las quejas encauzadas no son un momento para la catarsis colectiva, y que el Gobierno está dispuesto a escuchar y a satisfacer las necesidades de los ciudadanos, lo cual es su razón de ser", dice en su editorial.

Castro, con el arzobispo de La Habana (derecha) en abril de 2005.
Castro, con el arzobispo de La Habana (derecha) en abril de 2005.REUTERS

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