_
_
_
_
_

Irán ejecuta a cinco personas condenadas por una serie de atentados

Se trata de cuatro hombres y una mujer de origen kurdo supuestamente vinculados con "grupos terroristas".- Amnistía Internacional denuncia las irregularidades del proceso

Cinco personas condenadas por una serie de atentados en varias ciudades iraníes han sido ahorcadas hoy en la prisión de Evine, en Teherán, según ha anunciado la agencia oficial Irna. Se trata de cuatro hombres y una mujer de origen kurdo que estaban acusados de mantener vínculos con "grupos antirrevolucionarios", aunque las fuentes oficiales no han precisado de qué grupos se tratan.

Los prisioneros ejecutados son Shirine Alamhuli, Farzad Kamangar, Ali Heidarian, Farhad Vakili y Mehdi Eslamian. "Han confesado haber perpetrado operaciones terroristas fatales en el país durante los últimos años", añade la agencia oficial. Con todo, Amnistía Internacional ha denunciado las irregularidades en el proceso y sostiene que la legislación iraní obliga a que se cumplan las penas de cárcel antes de la ejecución.

Más información
"Esperamos que España use la presidencia de la UE para impulsar la condena a Irán"

Kanangar es un profesor de 32 años supuestamente perteneciente al Partido de la Vida Libre del Kurdistán (PJAK), grupo secesionista armado kurdo. Dos de sus compañeros de patíbulo, Farhad Vakili y Ali Haydarian, habían sido condenados hace apenas dos años a diez años de prisión y a muerte también por vínculos con el PJAK. Kamangar fue arrestado por agentes del Ministerio de Inteligencia iraní en 2006 en Teherán. Se le mantuvo incomunicado en varios centros de internamiento. Amnistía denuncia que fue torturado, golpeado, azotado y electrocutado. Finalmente fue condenado a muerte en febrero de 2008 tras ser declarado culpable del cargo de "animadversión a dios" (moharabeh, en farsi), una figura delictiva utilizada para procesar a quienes ejercen la oposición armada. Al parecer, recibió tal acusación por su presunta integración en el PJAK tras hallarse pólvora y una pistola durante un registro en su domicilio, que compartía con dos procesados más.

"El juicio fue claramente defectuoso", sostiene Amnistía en su informe Irán: Empeoramiento de la represión contra la disidencia conforme se acercan las elecciones, publicado en febrero de 2009. La condena a muerte de Kamangar fue confirmada el 11 de julio de 2008 por el Tribunal Supremo iraní, aunque su abogado presentó un último recurso ante el Tribunal de Apelaciones iraní.

Farhad Vakili y Ali Haydarian fueron arrestados y procesados junto a Kamangar. Ambos fueron condenados en 2008 a diez años de prisión por falsificación de documentos, una pena que deberían de haber cumplido antes de su ejecución, conforme a la propia normativa iraní. "Kamangar, Haydarian y Vakili comenzaron sus actividades armadas para derrocar el régimen islámico en 2003, con la creación de un grupo PJAK en Irán", informó IRNA citando el pliego de cargos.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Un símbolo de la lucha por los derechos humanos

El caso de la única mujer ejecutada hoy, Shirin Alam Hoei (Huli o Huli) es relevante porque se ha convertido durante los últimos años en un símbolo para los defensores de los derechos humanos. La oposición asegura que más de 2.000 activistas sociales y de derechos humanos habían pedido la anulación de la pena de muerte de Hoei en una misiva. Su caso se remonta a mayo de 2008, cuando fue arrestada y condenada a dos años de prisión por "salir ilegalmente del país" y posteriormente sentenciada a pena de muerte el 19 de diciembre de 2009 por el recurrente delito de moharabeh por su relación con el PJAK.

En la carta de los activistas sostienen que la condena se basa en un testimonio obtenido bajo torturas, lo que la invalida a efectos jurídicos. Además, denuncian que el interrogatorio se desarrolló en persa, una lengua que no domina y que comenzó a hablar sólo gracias a su estancia de un año en la prisión de Evin. "Incluso tenía problemas para escribir debido a la carencia de una educación formal", destacan, al tiempo que piden a las autoridades la revocación de la condena a muerte. "Fue arrestada cuando intentaba colocar una bomba bajo un vehículo cerca del cuartel general de la Guardia Revolucionaria -cuerpo militar e ideológico de élite iraní- en Teherán", informó IRNA.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_