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La crisis del euro

Irlanda empieza a ceder para recibir la ayuda de sus socios

La UE, el FMI y el BCE preparan ya el plan de rescate para las entidades del país y Bruselas advierte de que todo apoyo conllevará reformas

Los ministros de Economía de los 27 países de la UE han acordado hoy acelerar los contactos con las autoridades irlandesas para determinar las necesidades de su debilitado sector financiero en un intento por frenar el envite de los mercados y atajar el riesgo de contagio de la crisis a otros países como Portugal. Este movimiento supone el inicio de los preparativos para poner en marcha un plan de ayuda con fondos comunitarios para sus bancos, ya nacionalizados, y descarta, de momento, un rescate más amplio al estilo del acordado para Grecia. Eso sí, Bruselas ha advertido de que sea cual sea el tipo de ayuda, la República irlandesa no se librará del proceso de reformas y ajustes que lleva implícito el recurso al multimillonario Fondo Europeo de Estabilidad Financiera creado tras la crisis de la República helena.

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El primer paso que ha dado Dublín para superar la situación, aunque aún depende de su Gobierno que el mecanismo se active de forma definitiva, ha moderado la huida de inversores de los bonos de Irlanda, que empieza a ceder en sus posturas, y del resto de países señalados por sus altos niveles de déficit, sobre todo Portugal, pero también España.

Irlanda empezará mañana a trabajar sobre el terreno con el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional para evaluar la situación real de su sector financiero y decidir los términos de la ayuda con cargo al fondo de emergencia de 750.000 millones creado la pasada primavera. Desde Dublín, el titular irlandés del ramo, Brian Lenihan, ha negado la mayor al afirmar que su sistema bancario no atraviesa "dificultades graves" aunque sí ha reconocido que si se comprueba que sus problemas "son demasiado grandes" para un Estado tan pequeño como Irlanda, Europa tendrá que ayudarles. Para ello, Dublín también contará con el respaldo de su vecino Reino Unido. Su ministro de Economía, George Osborne, ha confirmado que pese a no estar en el euro su país aportará parte de los fondos ya que debe velar porque sus bancos sigan cobrando los intereses que le reportan la inversión de más de 220.000 millones de dólares (160.000 millones de euros al cambio actual) que tienen en bonos irlandeses. En caso contrario, se verían penalizados también por el mercado en otra variante del peligro de contagio de los problemas de Irlanda.

El sector necesita "reestructurarse"

Según ha defendido hoy el comisario europeo de Mercado Interior, Olli Rehn, el sistema financiero de Irlanda necesita "reorganizarse" y "reestructurarse", tal y como ha ocurrido en España con la fusión de entidades y el cierre de oficinas. El objetivo, ha añadido Rehn, es que sea viable. No obstante, ha añadido que aún es demasiado pronto para revelar los detalles del plan de ayuda y que, en cualquier caso, estará ligado al plan de reducción del déficit para los próximos cuatros años que ultima el Ejecutivo de Brian Cowen y con el que espera lograr un ahorro de 15.000 millones. En este sentido, Dublín calcula que cerrará el año con un déficit insostenible del 32% por, precisamente, los fondos que precisa su sector bancario para garantizar su futuro. Este el origen del correctivo al que se está viendo sometida en los mercados, que dudan de que con semejante necesidad de financiación pueda hacer frente a los pagos de su deuda comprometidos sin optar por una modificación de los plazos o las cantidades a abonar.

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Sin querer entrar en concreciones, Rehn sí ha advertido de que recurrir a la ayuda de la UE "siempre tiene condiciones fiscales y económicas" en alusión a un eventual programa de reformas y ajustes de gasto. Además, ha reconocido que "cualquier tipo de programa de ayuda conjunto entre la UE y el FMI se efectuaría solo con el Gobierno de Irlanda, incluso aunque esté principalmente centrado en la reestructuración del sector bancario". Las palabras de Rehn pretenden poner fin a la especulación sobre la posibilidad de que Irlanda haga uso de la ayuda europea para reestructurar su sector bancario pero no sus arcas públicas, con el objetivo de evitar el duro programa de condiciones asociado a este tipo de ayudas.

Además de la presión de los mercados y la posición de fuerza de sus socios europeos para que Irlanda acuda al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, el Gobierno tripartito de Cowen va a tener que hacer frente a partir de ahora de un enemigo interior, sus aliados en el Ejecutivo, Los Verdes, que han denunciado que ya no se puede confiar en Cowen. La razón es la misma que ha llevado al primer ministro a recelar hasta el momento de solicitar el rescate: evitar dar armas a la oposición de cara a las próximas elecciones irlandesas. De hecho, una encuesta publicada hoy confirma que la popularidad de Cowen ha caído al nivel más bajo desde que llegó al poder.

¿Cuánto dinero necesitan sus bancos?

El documento aprobado ayer por los ministros de Finanzas del euro especifica que las medidas adoptadas por Irlanda para garantizar la estabilidad de su sector bancario (mediante garantías, recapitalizaciones y separación de los activos) no han servido para normalizar "las condiciones de mercado", por lo que han aumentado las preocupaciones que indican la necesidad de "más reformas y medidas de estabilización". En total, los bancos del país, que sobreviven gracias a las medidas extraordinarias de liquidez del BCE, han recibido 286.000 millones hasta el momento en ayudas, el equivalente al 170% del PIB irlandés, para tratar de salir del bache. Pero ni por esas. Según los planes que maneja Bruselas, necesitan al menos otros 45.000 millones para disipar definitivamente las dudas sobre su solvencia. En caso de que el rescate abarcase también a la deuda, la cantidad, según fuentes del mercado que tampoco quiere confirmar la UE, ascendería a unos 100.000 millones.

En este segundo supuesto, los expertos dan por seguro que Bruselas, si no lo hace ya en el caso de un rescate a la banca, obligue a Irlanda no solo tomar medidas de ahorro, sino también a modificar su actual sistema impositivo, entre los más laxos de los miembros de la eurozona, especialmente en lo relativo al impuesto de sociedades. Este extremo suscita más que rechazo en el Gobierno de Dublín, ya que sus bajos impuestos son una de sus señas de identidades y un factor clave del milagro económico del otrora Tigre Celta.

Sobre el caso español, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, ha insistido en que España "no está directamente afectada" por la crisis. "Es evidente que una volatilidad excesiva en los mercados de deuda pública no beneficia a nadie. Pero España no está directamente afectada por este problema de Irlanda", ha apuntado. Salgado ha hecho estas declaraciones antes de un almuerzo celebrado en Bruselas con sus colegas con el único tema de la crisis de Irlanda sobre la mesa.

La ministra francesa Christine Lagarde conversa con su homólogo alemán, Wolfgang Schaeuble.
La ministra francesa Christine Lagarde conversa con su homólogo alemán, Wolfgang Schaeuble.REUTERS

Austria abre otro foco de tensión al poner en duda los ajustes de Grecia

La amenaza del Gobierno austriaco de no pagar su parte del rescate de Grecia con el argumento de que el Gobierno socialista de Yorgos Papandreu no ha cumplido con sus compromisos de reducción del déficit ha abierto otro foco de tensión en la crisis fiscal del euro y ha obligado a la Comisión Europea a salir al paso de las nuevas dudas sobre el país mediterráneo.

"No se ha tomado ninguna decisión sobre los futuros pagos de los préstamos a Grecia", ha defendido hoy el portavoz del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj, que ha recordado que estos días, precisamente, hay una nueva misión conjunta de la UE, el BCE y el FMI en el país para evaluar el grado de cumplimiento de los objetivos comprometidos con Atenas para recibir el rescate.

El plan de rescate de Grecia comprende créditos por 110.000 millones de euros en créditos durante los próximos tres años. El pago de estas ayudas se va a realizar paulatinamente a medida que se comprueba que van cumpliendo con los objetivos de reducir el déficit, que cerró 2009 por encima del 15% del PIB. El FMI abona más de 20.000 millones. Del resto, 80.000 lo pagarán sus socios del euro. Esta cantidad se reparte proporcionalmente por los Estados de la UE en función al peso que cada país tiene en la economía de la eurozona. Los próximos pagos de Austria, que según su Gobierno ahora se harán en enero y no en diciembre aunque Bruselas asegura que siempre se ha hablado del primer mes de 2011 como fecha de pasar por caja, corresponden a 190 millones.

Portugal dispara el interés de sus bonos para colocar 750 millones de deuda

Portugal ha logrado colocar en el mercado un total de 750 millones de euros en letras a doce meses, por las que ha tenido que abonar una rentabilidad del 4,813%, muy por encima del 3,26% ofrecido el pasado 3 de noviembre en una operación del mismo tipo.

En concreto, el Tesoro luso ha recibido peticiones por importe de 1.334 millones de euros, lo que arroja un ratio de cobertura de la colocación de 1,8 veces, lejos del 2,2 registrado hace sólo dos semanas. El coste de financiación de los países de la periferia del euro se ha encarecido significativamente en las últimas semanas por la incertidumbre sobre el rescate de Irlanda, así como por los temores a que Portugal se vea forzado también a solicitar asistencia internacional.

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