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Israel podría haber realizado un uso ilícito de bombas racimo estadounidenses

El departamento de Estado de EE UU ha señalado que de ser así rompería el ‘acuerdo de uso’ entre ambos países

Cristián Werb

El portavoz del departamento de Estado de EE UU, Sean McCormack, ha anunciado que Israel posiblemente usó de modo ilícito bombas racimo de fabricación estadounidense durante el ataque en zonas donde residían civiles en el sur de Líbano.

Según ha asegurado McCormack, en el caso de que Israel hubiera utilizado este tipo de bombas habría violado un “acuerdo de uso” al que llegaron ambos países sobre las citadas armas por lo que ha enviado un informe preliminar al Congreso sobre este asunto.

Israel siempre ha defendido su derecho a usar bombas racimo y asegura que las utiliza de acuerdo a la legislación internacional. De hecho, las submuniciones sin explosionar de estas bombas, de las que el ejército israelí arrojó unos cuatro millones durante los 34 días de guerra de Líbano son uno de los mayores peligros para los cascos azules y la población civil libanesa.

En cualquier caso, el portavoz del departamento de Estado de EE UU ha afirmado que el Gobierno israelí ha actuado de forma “transparente” a la hora de proporcionar información sobre los hechos. "Esto no es un juicio definitivo pero nos tomamos nuestras obligaciones legales con seriedad. No dejamos de cumplir con nuestras obligaciones", ha señalado McCormack.

Hace unos meses, la Oficina de defensa de los Controles del comercio del Departamento comenzó una investigación para esclarecer este tema, después de que recibiera información sobre el hallazgo de tres tipos de municiones de racimo estadounidense en Líbano y de la muerte de civiles libaneses por estas bombas.

Las bombas racimo, o de fragmentación, son unos proyectiles de caída libre, o dirigida, lanzados desde el aire o desde la superficie, que al estar sobre una altura concreta se abren dejando caer cientos de cargas explosivas, hasta 300, de diversos tipos. Tienen un margen de fallo en su detonación de entre el 5% y el 30%, por lo que algunas pueden quedar enterradas sin explotar, resultando peligrosas especialmente para los niños por sus formas llamativas, similares a pelotas de tenis o latas de refrescos.

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Han causado más de 207 víctimas

El pasado 26 de septiembre, la ONU advirtió de que se necesitarán varios meses para limpiar el sur del Líbano de las bombas racimo sin estallar que fueron lanzados por el ejercito israelí. Hasta la fecha, al menos 19 personas habían muerto y otras 90 resultaron heridas por la explosión de esta munición. Entre las víctimas hubo un gran número de niños. El pasado 18 de enero, día en que un campesino libanés resultó herido por la explosión de una bomba racimo, el número de personas muertas o heridas ascendía a 207, según fuentes policiales de Líbano.

La limpieza de las bombas y minas ha sido encomendada a las fuerzas de FINUL, el Ejército libanés y varias ONG, aunque Chris Clark, responsable de las operaciones por parte de la ONU, acusó a Israel de haber entregado a la FINUL mapas "inútiles" sobre las áreas donde fueron lanzadas esas bombas.

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