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Italia juzga la gestión de Berlusconi

Los italianos votan hoy y mañana para elegir los gobiernos en 13 regiones - La debilidad de la oposición amortiguará el desgaste del partido en el poder

Todo está listo para el voto en Italia. Tras una campaña electoral inexistente, copada por la lucha entre los jueces y el Gobierno en torno a las listas irregulares, unos 41 millones de italianos están llamados a elegir hoy y mañana los gobiernos de 13 regiones, cuatro provincias y medio millar de ayuntamientos.

Tras el castigo francés a Nicolas Sarkozy, el primer ministro Silvio Berlusconi ha puesto sus barbas a remojar y ha convertido la cita en un nuevo plebiscito personal. El viernes cerró la campaña invadiendo con entrevistas casi todos los telediarios: RAI1, RAI2, sus tres canales privados y algunos por satélite. Una sorpresa solo relativa, ya que el líder del Pueblo de la Libertad y del nuevo 'partido del amor' ordenó a la RAI que cerrara durante la campaña electoral todos los programas políticos.

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Mientras Berlusconi vulneraba las normas electorales, Pierluigi Bersani, el tímido economista que dirige el Partido Demócrata, visitaba la fábrica de la FIAT en Turín para saludar a los proletarios que en buena parte votan a la Liga Norte, cuya expansión amenaza con superar al propio PDL en Véneto, Piamonte y Lombardía.

La imagen resume las diferencias entre un Berlusconi cada día más agresivo y la durmiente oposición, incapaz de responder al reto ofreciendo claridad, limpieza, honradez y un proyecto reformista alternativo.

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Sin discurso político, muy alejado de los votantes que le podrían dar vuelo (jóvenes, parados, mujeres...), el PD confía esta vez en la providencia, es decir en la coyuntura. Bersani afronta su primera cita electoral confiando en un "viento de cambio" que arrastre la derrota de Sarkozy más allá de los Alpes. De este lado, la crisis y el desgaste de un Berlusconi ocupado en legislar para sí mismo y sus procesos debería ayudar al centro izquierda. Pero el PD ha cometido la torpeza de presentar, como la derecha, algunos candidatos sospechosos o procesados por corrupción.

La sombra de la alta abstención podría, así, reducir el previsible castigo a Berlusconi. Las últimas regionales, con un 70% de participación, dieron una victoria histórica a la Unione de Romano Prodi: 11 a 2. Parece difícil que se repita un resultado así. Están en juego Calabria, Campania, Lombardía, Véneto, Piamonte, Liguria, Emilia Romagna, Toscana, Umbría, Las Marcas, Lacio, Pulla y Basilicata. Las cuatro primeras parecen seguras para Berlusconi. En el resto se prevé una victoria del centro-izquierda, y Lacio y Piamonte aparecen igualadas.

La batalla decisiva se juega en esas dos regiones tradicionalmente de izquierda. La región romana, donde las listas ilegales del PDL quedaron fuera de juego, asiste a un cuerpo a cuerpo entre Emma Bonino, veterana luchadora radical, y Renata Polverini, una sindicalista de derechas curtida en mil debates de televisión. La Iglesia ha tomado partido por la Polverini recordando a los electores que el aborto es innegociable (Bonino fue una de las artífices de la ley en los setenta). Pero el agujero de 10.000 millones que dejó la última administración de la derecha en la sanidad debería impulsar a Bonino, quien ha trazado una línea roja de legalidad y transparencia ante la mirada perpleja del PD, su teórico aliado.

Según Shukri Said, secretaria de la Asociación Migrare, "Bonino, con su rigor por la legalidad, da miedo a todos, incluida a la supuesta izquierda. Da miedo que haga funcionar la cosa pública; que destruya los confortables lugares comunes de la política que afirman que todo da asco, y que la sanidad laica de Lacio funcione mejor que la clerical de Lombardía. Con los años, la izquierda ha perdido la luz moral y hoy forma una extraña papilla con la derecha. Ella sigue siendo diferente".

En Piamonte, la guerra se juega entre la candidata saliente, Mercedes Bresso, del PD, y Roberto Cota, candidato de la Liga impuesto por Umberto Bossi. Es la primera vez que la Liga cruza el Ticino y trata de conquistar Turín. La diferencia en los sondeos es mínima. Una victoria de la Liga sería histórica y tendría consecuencias imprevisibles sobre la política nacional. Ayer, una carta dirigida a una sección de Milán del partido y cargada con explosivo estalló entre las manos de un empleado de correos, hiriéndolo de levedad. Un grupo anárquico reivindicó el atentado.

Al otro extremo de la bota, en Pulla, la gran estrella emergente de la izquierda, Nicki Vendola, líder de Izquierda, Ecología y Libertad, parte como claro favorito y lidera las esperanzas de futuro de la deprimida 'sinistra' nacional.

Silvio Berlusconi, durante un acto con la candidata de su partido para la región de Lazio, Renata Polverini.
Silvio Berlusconi, durante un acto con la candidata de su partido para la región de Lazio, Renata Polverini.AP

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