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Michael Dukakis, favorito en la primaria neoyorquina

Francisco G. Basterra

Los neoyorquinos, que se creen el ombligo de Estados Unidos, aunque el Oeste y el Sur pesen más ya que la costa este, tuvieron ayer la oportunidad de zanjar la candidatura demócrata a la presidencia. A última hora de anoche, cuando aún se continuaba votando en la primaria del Empire State -los colegios cerraban a las tres de la madrugada del miércoles, hora peninsular-, el gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis, era el esperado ganador frente al reverendo negro Jesse Jackson, la revelación de esta campaña por la designación de un candidato demócrata a la presidencia.

ENVIADO ESPECIAL, Si cuando se cuenten los votos se confirman los pronósticos, Dukakis, de 54 aflos, hijo de inmigrantes griegos, será el inevitable candidato que los demócratas designarán, en laconvención del partido en julio en Atlanta, para enfrentarse a George Bush por la Casa,Blanca, el 8 de noviembre. En el campo republicano, el vicepresidente George: Bush, sin oposición, se llevará todos los delegados de Nueva York.El gobernador de Massachusetts necesitaba el triunfo en este caldero de decenas de grupos étnicos para disipar las dudas sobre su fuerza electoral, tras 44 primarias y caucuses en los que práctivamente no ha conseguido destacarse de Jackson.

Un triunfo claro -las proyecciones apuntaban a una ventaja de más de 10 puntos- daría a Dukakis la mayoría de los 255 .delegados en juego en Nueva York. El gobernador tiene ahora 833 frente a 728 de Jackson. Quedan por elegirse 2.570 y son necesarios 2.081 para ser designado en Atlanta. Ni el reverendo negro ni Dukakis alcanzarán ese número en las primarias que restan. Pero ya hay un acuerdo tácito para que el Partido Demócrata apoye al candidato que tenga una mayoría clara después de la última primaria, el 7 de junio en California.

Dukakis, un político reservado y competente, abandonó ayer por un momento su tradicional prudencia y pronosticó "una gran victoria" en Nueva York que le colocaría "en el camino a la designación demócrata". El esperado triunfo de este tecnócrata de Boston, que qtúere repetir la historia de John Kennedy en 1960, se basaba en el voto judío -su mujer, Kitty, es judía-, que representa un 25%, del electorado y los votos blancos de las minorías étnicas y católicas.

Estos son los electores necesarios para frenar a Jackson, cuya fuerza reside fundamentalmente en el voto negro de la gran manzana, el voto hispano y otras minorías marginales.

Su campaña en Nueva York ha sido espectacular, congregan do más gente que Dukakis en sus mítines y suscitando mucho más entusiasmo con un mensaje de cambio radical para este país.

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