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Catástrofe en Japón

Japón revisa su política nuclear y las eléctricas suspenden los planes atómicos

El Gobierno japonés anunció ayer que revisará su política nuclear como consecuencia de la crisis desatada en la central atómica de Fukushima I tras el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo. "Está claro que la confianza de la gente en las plantas atómicas ha cambiado profundamente", dijo Yukio Edano, portavoz del Gobierno, informa Reuters. "A la vista de ello, debemos en primer lugar poner fin a esta situación y luego estudiarlo partiendo de cero". Antes del desastre, los 55 reactores nucleares que tiene Japón suministraban el 30% de la energía eléctrica del país; una cifra que se preveía incrementar hasta el 40% en 2020 y el 50% para 2030.

Tras el accidente, las eléctricas han comenzado a frenar sus planes de expansión nuclear. Tokyo Electric Power (Tepco), propietaria de Fukushima, ha anunciado que ha parado la construcción de un reactor en Higashidori (al norte) y suspende los planes para construir otros tres. La empresa Chubu Electric ha suspendido la construcción de un reactor en Yamaguchi (al oeste) y revisa su plan para levantar otro. La firma Kansai Electric anunció que invertirá 865 millones de euros en mejorar la seguridad de su nuclear contra desastres naturales.

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Fukushima va camino así de convertirse en un duro golpe para la industria nuclear, que ha visto cómo quedan en el aire proyectos más o menos avanzados en Italia, China, Chile y EE UU. Además, Alemania ha suspendido su plan de ampliación de vida de las centrales. Los nuevos requisitos de seguridad encarecerán aún más la construcción de nucleares.

Ayer la situación de Fukushima se mantenía estable dentro de la precariedad. Tres empleados de una filial de Tepco resultaron heridos por la radiación cuando trabajaban con los pies dentro de agua contaminada para conectar un cable en la unidad del reactor 3. Dos de ellos fueron hospitalizados con quemaduras. Los trabajadores se vieron expuestos a niveles de radiactividad de entre 170 y 180 milisievert. Una exposición de 100 milisievert al año es considerada el valor a partir del cual hay riesgo de desarrollar cáncer. La semana pasada fue elevado de 100 a 250 milisievert el límite de exposición para los equipos que trabajan en la central. Un total de 14 personas han resultado expuestas a radiación superior a 100 milisievert desde el terremoto del 11 de marzo.

Los técnicos retomaron los trabajos en el reactor 3, después de un día de suspensión porque fue detectado humo negro, probablemente procedente de los cortocircuitos producidos al intentar retomar la alimentación eléctrica. Ya han sido conectados los cables a los seis reactores y en uno de ellos ha sido puesta en marcha la bomba del sistema de refrigeración de las barras de combustible.

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Dos de los reactores están apagados y en frío, pero los otros cuatro continúan en una situación volátil, con emisiones periódicas de gases, humo y radiactividad. El temor ahora es que la sal del agua del mar utilizada para refrigerar cristalice y eso dificulte el enfriamiento del combustible.

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