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Jordania se suma a los países árabes dispuestos a desarrollar la energía nuclear

El rey Abdalá afirma que su país se someterá a las inspecciones internacionales

La carrera nuclear se desboca en Oriente Próximo sin remedio aparente. El programa atómico de Irán ha desatado el temor entre los Estados del golfo Pérsico y Egipto, que pocos meses atrás anunciaron su propósito de poner en marcha planes nucleares. Todos aseguran que su objetivo es la generación de energía, pero cunde la preocupación. El último en sumarse es el rey Abdalá de Jordania, que precisó que el reino hachemí se someterá a las inspecciones internacionales. "Nuestros planes tendrán fines pacíficos. Lo hemos discutido con los países occidentales", dijo ayer.

También Teherán asegura que sus plantas atómicas sólo pretenden generar energía eléctrica. Pero nadie le cree. No ya Israel, que observa con enorme preocupación el fracaso de la comunidad internacional para poner coto a las ambiciones del Gobierno iraní. Los seis países de población mayoritariamente suní que conforman el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Qatar y Omán) no esconden su desasosiego. Ven con tremendo recelo las apetencias hegemónicas de su rival en la zona: el régimen chií iraní. Un diplomático de la Unión Europea con galones comentaba recientemente a este diario que en sus periplos por los países del golfo Pérsico sólo escuchaba tres obsesiones de boca de los dirigentes saudíes: "Irán, Irán e Irán".

Claro que los dirigentes persas no dejan de airear el agravio que, a su juicio, representa el hecho de que a Israel, que no ha firmado el Tratado de No Proliferación nuclear (TNP), se le permita disponer de bombas atómicas, mientras sobre Teherán recaen las sanciones por su negativa a detener su programa nuclear y a someterse a las inspecciones del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). El Estado judío nunca ha confirmado la posesión de estas armas -"nunca seremos los primeros en utilizarla", es la respuesta oficial-, pero nadie ignora que las posee. Al menos unas 200 cabezas atómicas, según los expertos.

En una entrevista concedida ayer al diario israelí Haaretz, el rey jordano es meridianamente claro. "Las reglas sobre el asunto nuclear han cambiado a lo largo de toda la región. Jordania decía que le agradaría ver una zona desnuclearizada, pero después de este verano todo el mundo desea contar con su programa atómico. Los egipcios lo están buscando, también los países del Golfo, y nosotros lo contemplamos para la generación de energía y para fines pacíficos. Lo hemos estado discutiendo con Occidente".

"Frente unido"

Tras incidir en la importancia de que todos los Estados se sometan a la normativa del OIEA, se pregunta a Abdalá II: ¿está diciendo que Israel debería suscribir el TNP? "Lo que se espera de nosotros debería ser el estándar global [en Oriente Próximo]... Lo que no deseamos es que surja una carrera armamentística. Si formamos parte de un organismo internacional y sus regulaciones son aceptadas por todos, formaremos un frente unido". Resulta evidente que Israel no va a renunciar a unas armas que nunca ha admitido poseer. Pero también es indudable que la mayoría de los Estados árabes suníes muestran mucha mayor inquietud ahora ante el hecho de que Irán parece lanzado hacia la consecución de la bomba atómica.

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El rey Abdalá no deja de airear su preocupación desde que en agosto pasado concluyó la guerra que enfrentó a Israel contra Hezbolá en Líbano. A su entender, la coyuntura actual está plagada de riesgos. "La frecuencia de los conflictos en la región es extremadamente alarmante", afirma el jefe de Estado, "y creo que la percepción entre los árabes, y también entre parte de los israelíes, es que Israel ha perdido en esta ronda. Esto crea un precedente muy peligroso para el pensamiento radical en la zona".

Según Abdalá II, sólo hay una vía para mitigar el peligro de una nueva guerra, que juzga inminente: resolver el conflicto entre el Estado sionista y los palestinos. "Tenemos ahora una oportunidad excelente, tal vez la última. Si no impulsamos el proceso de paz, es sólo cuestión de tiempo que estalle una guerra entre Israel y otro país de la región. Más bien pronto que tarde... Le guste o no a la gente, el eje es siempre el problema israelí-palestino".

El rey Abdalá de Jordania (izquierda) recibe al vicepresidente iraquí, Tariq al Hasemi, ayer en Ammán.
El rey Abdalá de Jordania (izquierda) recibe al vicepresidente iraquí, Tariq al Hasemi, ayer en Ammán.REUTERS

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