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Jóvenes anticomunistas asaltan el Gobierno y el Parlamento de Moldavia

Miles de manifestantes acusan al partido gobernante de fraude electoral

Pilar Bonet

Miles de jóvenes moldavos se manifestaron ayer en Chisinau contra los resultados de las elecciones legislativas del domingo y acusaron al Partido Comunista, en el poder desde hace ocho años, de haber falsificado los resultados para atribuirse una holgada victoria. Los manifestantes asaltaron y saquearon la sede de la Presidencia, un edificio de nueve pisos en cuyo tejado hicieron ondear una bandera de Rumania, y el Parlamento, que apedrearon, incendiaron y destrozaron con saña. La policía antidisturbios logró recuperar el control de ambos edificios esta madrugada.

Los desórdenes comenzaron sobre las 10 de la mañana y continuaron todo el día. Por la noche no estaba claro si el presidente, Vladímir Voronin, y las autoridades habían llegado a un acuerdo con los partidos de oposición con los que negociaban una salida de la crisis, ya fuera mediante una revisión de los datos, como proponían los comunistas, o la repetición de los comicios, como exigían los tres partidos que obtuvieron escaños, el Partido Liberal, el Partido Liberal Democrático y Alianza Nuestra Moldavia.

Los líderes de estas tres formaciones, incluido el alcalde de Chisinau, Dorin Chirtoaca, exhortaron a los manifestantes a abandonar la violencia. Pero su poder de convicción fue limitado a juzgar por los enfurecidos individuos que lanzaban por la ventana del Parlamento -donde hicieron ondear una bandera europea- todo tipo de objetos, desde muebles a documentos y ordenadores.

Una mujer murió durante los disturbios y cerca de 80 personas resultaron heridas, entre manifestantes y policías, de las que una docena tuvieron que ser hospitalizadas en estado grave, según fuentes oficiales. Los manifestantes acusaban a los comunistas de haber llenado las urnas con los "votos de 150.000 almas muertas". La delegación de observadores de la OSCE no detectó irregularidades sustanciales en los comicios.

Tanto Marian Lupu, el jefe del Parlamento, como los responsables de la oposición consideraron que el mitin de ayer en parte era espontáneo, pero también contaba con la presencia de provocadores. Alexandr, Slava y Andrei, tres estudiantes de Derecho que participaron, dijeron haber recibido reiteradas convocatorias en foros de Internet y por teléfono móvil, con la petición de transmitirlas a todos sus conocidos. Aseguraban también que desconocían a quién correspondía la iniciativa.

En las elecciones, los comunistas liderados por el presidente Voronin, obtuvieron oficialmente cerca de un 50% de los votos, más que en 2005. Las protestas por estos resultados comenzaron el lunes por la tarde de forma pacífica y consistieron en una concentración ante el Gobierno en la que se encendieron velas. Por la afluencia de público, el acto desbordó las previsiones de los convocantes. "Lo organizamos de forma espontánea varios ciudadanos y representantes de ONG para mostrar nuestro desacuerdo, pero empezó a venir gente", dijo Ion, uno de los participantes. Entre los organizadores estaba la periodista Natalia Morar, una moldava a la que los órganos de seguridad rusos han vetado la entrada en el país tras haber publicado artículos críticos con el Kremlin.

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Ayer por la mañana, Vlad Filat, uno de los líderes de la oposición, sólo consiguió apartar a un pequeño grupo de manifestantes de la sede de la Presidencia. El resto siguió en las gradas. Cuando la policía intentó dispersarlos utilizando porras, respondieron arrancando los adoquines y lanzándolos contra el edificio, en el que penetraron pese a la resistencia de las fuerzas de intervención especial, que utilizó mangueras de agua a presión y gases lacrimógenos, según varios testigos.

Por la tarde, el interior de la Presidencia presentaba un aspecto lastimoso. Los cristales estaban rotos, las alfombras impregnadas de agua y las plantas destrozadas. Los manifestantes gritaban consignas contra los comunistas y a favor de la libertad y de la reunificación con Rumania.

Manifestantes anticomunistas moldavos queman muebles frente al Parlamento, en Chisinau.
Manifestantes anticomunistas moldavos queman muebles frente al Parlamento, en Chisinau.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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