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Reportaje:

Juego de espías en Portugal

Casos de escuchas telefónicas salpican a Sócrates y Cavaco

Salió a la luz como un nuevo caso de corrupción en Portugal, el enésimo, en el que están implicados directivos de empresas públicas vinculados al Partido Socialista, y va camino de convertirse en un escándalo, con tintes de sainete, que ensombrece a los poderes político y judicial. La prensa habla todos los días del caso Face Oculta (cara oculta), pero la atención ya no está en la red de tráfico de influencias y sobornos tejida por el empresario Manuel Godinho para obtener concesiones. Ahora el interés está en las grabaciones de numerosas conversaciones telefónicas de varios de los implicados en el escándalo, pero sobre todo las que mantuvo Armando Vara, vicepresidente (hoy "provisionalmente" suspendido) del Millennium-BCP, primer banco privado del país, con su amigo José Sócrates, primer ministro de Portugal. Vara fue ministro de Juventud y Deporte y secretario de Estado de Interior en el Gobierno del socialista de António Guterres.

El presidente del Supremo ha ordenado destruir las grabaciones

Los pinchazos efectuados al teléfono de Vara durante meses por la Unidad de Prevención y Apoyo Tecnológico (UPAT), un cuerpo semisecreto de la Policía Judicial que investigaba el caso Face Oculta, descubrieron por casualidad una decena de conversaciones con Sócrates. El primer ministro ha reconocido su estrecha amistad con Vara. Durante buena parte de la investigación, se mantuvo el secreto judicial, lo que permitió celebrar las elecciones legislativas (27 de septiembre) y municipales (11 de octubre) sin mayores sobresaltos. Pero el estreno de la nueva legislatura coincidió con las primeras filtraciones de las escuchas telefónicas.

Algunos medios de comunicación insinuaron, sugirieron o airearon supuestos pasajes de aquellas conversaciones de Sócrates y Vara, en las que el primer ministro no salía bien parado. Imposible, hasta ahora, confirmar las sospechas, porque no se conoce el contenido real de las grabaciones, recopiladas en 186 discos compactos en poder de la Procuradoría (Fiscalía) General.

Pero los diálogos entre el jefe de Gobierno y un ex político y banquero de dudosa integridad han servido para lanzar todo tipo de acusaciones en un país donde las sospechas se transforman rápidamente en arma arrojadiza para desprestigiar al adversario.

Las denuncias de pinchazos telefónicos y las escuchas de conversaciones de altos cargos ya provocaron un incidente importante entre el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, y el primer ministro, poco antes de las pasadas elecciones legislativas.

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Ahora, la intervención de varias conversaciones telefónicas de Sócrates y su amigo Vara ha abierto un amplio debate en los círculos políticos. ¿Quién tiene la potestad para pinchar el teléfono del presidente o el primer ministro? El fiscal del caso Cara Oculta, João Marques Vidal, y el juez de instrucción de Aveiro, António Costa Gomes, aseguran que las escuchas telefónicas muestran indicios de atentado al Estado de derecho. El procurador general lo niega, y el presidente del Tribunal Supremo, Noronha Nascimento, ha ordenado destruir las grabaciones. Sólo este último, según el Código Penal, puede autorizar la grabación de conversaciones telefónicas en las que intervienen las más altas figuras del Estado.

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