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La guerra de Bosnia, en el banquillo

Karadzic boicotea su juicio en La Haya

El líder serbobosnio no asiste al primer día de su proceso en el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia - Está acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad

Isabel Ferrer

Radovan Karadzic, poeta, psiquiatra y antiguo líder político serbobosnio detenido en julio de 2008 para que responda de los cargos de genocidio y crímenes de guerra y contra la humanidad perpetrados en la guerra de Bosnia-Herzegovina (1992-1995), burló de nuevo ayer a la justicia. No compareció ante los jueces del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), y el proceso en su contra fue aplazado un día.

La espantada molestó al presidente de la sala, el surcoreano Kwon O-Gon, irritó a la fiscalía y enfureció a las familias de las víctimas. Desde la galería pública, un nutrido grupo de viudas, madres y ex prisioneros bosnios pidió justicia al comprobar que el acusado no llegaría. Karadzic se justificó alegando "falta de tiempo para leer el millón de documentos de la acusación" y confirmó su ausencia también para hoy. Así las cosas, lo más probable es que el juez Kwon le asigne un abogado de oficio y el proceso se abra por fin.

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La solución no es ideal. Lo deseable sería que Karadzic, que ha calificado el juicio de "el más importante de la historia del TPIY porque definirá la futura relación de los pueblos de Bosnia", ocupara el banquillo de los acusados.

Pero el tiempo apremia, y no se trata sólo de un tecnicismo jurídico. El Tribunal debe seguir las consignas de Naciones Unidas y concluir su labor hacia 2013, apelaciones incluidas. De modo que no puede haber retrasos como los que torpedearon la causa contra el ex presidente serbio, Slobodan Milosevic. Fallecido sin sentencia en 2006, la sombra de un fiasco similar sigue planeando sobre el TPIY, que debe hacer un constante ejercicio de equilibrio para agilizar los procesos sin vulnerar los derechos de los acusados. Sobre todo cuando éstos se defienden a sí mismos, como sucede con Karadzic y ocurriera en su día con Milosevic.

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De ahí que la advertencia efectuada ayer por el juez Kwon al aplazar la vista resulte muy significativa. "Hay momentos en que los juicios pueden celebrarse en ausencia de un acusado que haya declinado voluntariamente su derecho a comparecer", dijo, antes de levantar una sesión de 15 minutos escasos. Poco antes, la fiscal Hildegard Uertz-Retzlaff había pedido que le impusieran un letrado al acusado, "porque no hay razón para más suspensiones".

Días antes de producirse el aplazamiento, su jefe, el belga Serge Brammertz, fue más incisivo aún. "Hay gente en Bosnia que perdió a 23 miembros de su familia y todavía no ha encontrado sus restos. Karadzic ha decidido ser su propio abogado y ha dispuesto de 15 meses, desde su arresto, para prepararse".

La única reacción del lado de Karadzic llegó ayer de la mano de sus asesores legales. Según Kevin Jon Heller, la magnitud del juicio, "con sus innumerables documentos, varios municipios investigados para comprobar los hechos y centenares de testigos censados, justifica que alguien sin estudios de leyes necesite más tiempo para prepararse".

Como los gastos de los consejeros del ex presidente serbobosnio corren a cargo del tribunal, uno de ellos podría ser elegido para representarle. Entre los posibles candidatos figura el estadounidense Patrick Robinson. Conoce la causa y había sido ya facultado por los jueces para asistirle durante el proceso, si era preciso.

La falta de conocimientos jurídicos no ha impedido a Karadzic aprovechar su experiencia pasada para tratar depresiones y neurosis. Prueba de ello es el cambio de actitud mostrado, casi de inmediato, una vez descubierto y arrestado en Belgrado hace un año. En pocos días, pasó de tener una barba poblada y larga melena, disfraz que acompañó durante 13 años su trabajo de curandero bajo el nombre de Dragan Dabic, a comportarse como un líder en el exilio. Afeitado, con el pelo corto y trajes impecables, ha podido presentar unas 250 mociones contra el proceso, que han sido denegadas. Lo mismo ha ocurrido con sus dos mociones estrella: la que demostraría su inmunidad por haber pactado su retirada de la vida pública con Estados Unidos, y la que pedía al menos 10 meses de prórroga para organizar su defensa. "Tendrá un juicio justo aunque él niegue esa posibilidad. Lo tendrá", afirmó el fiscal Brammertz, cuando vio que todos los intentos de su acusado por evitar el proceso eran rechazados por el TPIY.

Recluido hoy en la misma cárcel de La Haya, sede del tribunal, que el resto de los procesados por las guerras de los Balcanes, Karadzic comparte sus días con ciudadanos de las distintas nacionalidades de la extinta Yugoslavia. Una situación bien distinta de la de sus días de poder, cuando representaba a los serbobosnios y se codeaba con Milosevic. Y cuando tenía a sus órdenes al general Ratko Mladic, acusado como él del genocidio de Srebrenica y de las 12.000 víctimas civiles de Sarajevo, y que aún se encuentra en libertad.

Una musulmana bosnia reza en Potocari antes del inicio del juicio contra Radovan Karadzic en La Haya.
Una musulmana bosnia reza en Potocari antes del inicio del juicio contra Radovan Karadzic en La Haya.REUTERS

Principales cargos

- El TPIY acusa a Karadzic de 11 crímenes de guerra y contra la humanidad, incluidos dos por genocidio.

- Genocidio: por la matanza de Srebrenica (1995), en la que fueron asesinados unos 8.000 varones musulmanes, incluidos niños y ancianos.

- Por la "empresa criminal" permanente de expulsar a musulmanes y croatas bosnios de territorios que

los serbobosnios reclamaban como propios (1992-1995).

- Crímenes contra la humanidad: planificación y comisión de persecuciones contra musulmanes y / o croatas de Bosnia. Actos de exterminio y asesinato durante la expulsión de éstos.

- Crímenes de guerra: estrategia militar basada en el empleo de francotiradores y bombardeos para matar, mutilar, herir y aterrorizar a los habitantes de Sarajevo.

- Asesinato de miles de personas de ambos sexos y todas las edades, incluidos niños y ancianos, durante los 43 meses de asedio de la ciudad.

- Detención de más de 200 pacificadores de la ONU y de observadores militares en varias localidades bosnias.

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