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Kosovo elige un Parlamento para su independencia

El partido del ex jefe de la guerrilla, Hashim Thaçi, parte como favorito

Ramón Lobo

Kosovo elige mañana el Parlamento que proclamará la independencia de Serbia. Han sido tres semanas de mítines -en los que han proliferado las banderas estadounidenses y los viajes pagados a los seguidores-, de insufribles debates televisivos de corte occidental y de declaraciones sobre la fecha del nacimiento del futuro Estado, que todos anuncian con exceso de optimismo para los días posteriores al 10 de diciembre, cuando concluyan las infructuosas negociaciones con Serbia auspiciadas por la comunidad internacional.

Solo la irrupción del autodenominado Ejército Nacional Albanés (AKASH), cuyos miembros posaron esta semana ante las cámaras armados y con el rostro enmascarado jurando defender las fronteras de Kosovo, ha empañado una campaña diseñada para excitar el fervor nacional. La hasta ahora dominante Liga Democrática de Kosovo (LDK), fundada por Ibrahim Rugova, el impulsor del sueño independentista, fallecido en enero de 2006, ha paseado sus fotos en busca de los miles de votos perdidos en una reciente escisión y en el desgaste del ejercicio de un poder del que en realidad carece -la última palabra la tiene la Misión de Naciones Unidas en Kosovo (Unmiuk), que ejerce un virreinato-.

La subida de los precios de primera necesidad en los últimos meses (el pan, por ejemplo, ha pasado de 20 a 45 céntimos de euro), los problemas de electricidad, y el paro (afecta a cerca del 75% de los jóvenes entre 15 y 24 años) impulsan la candidatura de Hashim Thaçi, ex jefe de la guerrilla del UÇK y líder del Partido Democrático de Kosovo (PDK), que encabeza las encuestas tras moderar bastante sus posiciones y contratar asesores de EE UU.

Si el Rugova muerto está de campaña con el LDK, otro ausente trata de competir en el escenario político kosovar: el ex primer ministro Ramush Haradinaj, de la Alianza por el Futuro de Kosovo (AAK), que dimitió para viajar a La Haya, donde se la acusa de crímenes de guerra cuando era comandante del UÇK. Aliado del LDK tras las elecciones de 2004, la AAK lucha por el tercer puesto con la formación creada por el magnate Begjet Pacolli, cuyo lema de campaña -"soy demasiado rico para corromperme"- ha caído en gracia en un futuro país en el que la corrupción es uno de los principales problemas junto al paro y el crimen organizado.

Las encuestas anuncian un final reñido con Thaçi en cabeza. Se habla de una gran coalición a la alemana entre el LDK y el PDK, pero las últimas declaraciones de sus líderes demuestran que nadie renuncia al puesto de primer ministro. Se prevé un largo proceso de negociación para formar Gobierno, lo que retrasará cualquier intento de proclamar la independencia más allá del 10 de diciembre. No está en juego solo un cargo, está en juego la foto de la independencia y un lugar de honor en los libros de historia de Kosovo.

Una mujer, sentada en una calle de Pristina, con carteles electorales colgados detrás.
Una mujer, sentada en una calle de Pristina, con carteles electorales colgados detrás.EFE
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