Kouchner viaja a Malí en un intento desesperado de salvar al rehén francés de Al Qaeda
La organización terrorista prorrogó unos días el ultimátum para ejecutarle que expiró el domingo
El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, viajó por sorpresa el lunes por la noche a la capital de Malí en un intento contrarreloj de salvar la vida del rehén francés Pierre Camatte, botánico de 61 años. Nada más llegar fue recibido por el presidente maliense Amadou Toumani Touré.
Camette fue capturado en Malí, el 26 de noviembre, por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), tres días antes de que los españoles de la ONG Barcelona Acció Solidària lo fueran en Mauritania por el mismo grupo terrorista que hizo una reivindicación conjunta de ambos secuestros. Se da por descontado que todos ellos, junto con un matrimonio italiano apresado el 18 de diciembre, han sido trasladados al desierto del noroeste de Malí.
Kouchner no hizo declaraciones al llegar a Bamako, pero horas antes sí habló ante los micrófonos de Radio Francia Internacional. Confirmó que la rama magrebí de Al Qaeda había aplazado el ultimátum que dio para "ejecutar" a Camette, que expiraba el pasado domingo, si no se liberaban a cuatro presos preventivos islamistas de la cárcel de Kati, cerca de la capital maliense. Al Qaeda ya ejecutó en mayo a un rehén británico.
"No hago ninguna interpretación de ello", afirmó Kouchner a la emisora. "Sólo hago todo lo posible para garantizar que este hombre escape a la muerte y consiga su libertad". "Malí es el responsable". "No nosotros". "El secuestro tuvo lugar en territorio maliense", concluyó.
La presión ejercida por Francia sobre Malí para que resuelva este asunto excarcelando a cuatro reos islamistas, uno de ellos conocedor de la logística de AQMI en el desierto, está suscitando cierta tirantez entre ambos países, según reconocen funcionarios malienses.
La suerte de los cautivos españoles discurre por otros derroteros. Al Qaeda sólo pide a España un rescate económico cuya cantidad ha rebajado. Por esa razón los intermediarios locales se muestran optimistas y prevén incluso que el desenlace no tardará mucho.
