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Líbano lanza la mayor ofensiva contra el campo de refugiados de Naher el Bared

Carros de combate abren fuego desde esta tarde contra las posiciones de los rebeldes en el norte del emplazamiento palestino

El ejército libanés ha comenzado a atacar intensamente esta tarde el campo de refugiados palestino de Naher el Bared, en las proximidades de la ciudad septentrional de Trípoli, tras apenas dos días de tensa tregua.

El primer gran combate se ha prolongado durante 45 minutos y ha sido el más violento desde que el pasado domingo las fuerzas armadas libanesas emprendieron una ofensiva contra el grupo extremista suní Fatah al Islam, supuestamente vinculado a la red terrorista Al Qaeda.

Poco antes de las siete de la tarde -horario en España-, carros de combate equipados con ametralladoras de gran calibre han abierto fuego contra las posiciones de los rebeldes en el norte del campamento, donde parecen que se han concentrado los combates. Después, tras apenas media hora de tensa calma, han comenzado ataques intermitentes de artillería pesada y fuertes explosiones cerca de la playa.

Desde la costa también se oían disparos de cañón, lo que parece indicar que las autoridades libanesas podrían haber recurrido también a la marina para atacar a los extremistas suníes.

Naher el Bared es escenario desde el pasado fin de semana de cruentos combates entre el ejército libanés y Fatah al Islam, que se ha hecho fuerte entre la maraña de callejones que componen el campo de refugiados. Los combates han causado hasta la noche de hoy más de un centenar de víctimas mortales, entre soldados, milicianos y civiles.

El Comité de la Cruz Roja Internacional calcula que en el interior todavía quedan 20.000 civiles, a pesar de que en los dos días que ha durado la tensa y débil tregua más del 50% de la población ha podido abandonar sus casas. Las agencias humanitarias temen que muchos de ellos sean rehenes de los insurgentes, que los emplean como escudos humanos.

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Decididos a atacar

El ambiente de violencia se ha ido preparando a lo largo de toda la jornada. "No nos rendiremos a los terroristas. No nos dejaremos aterrar ni por las explosiones ni por los asesinatos. Estamos decididos a acabar con este grupo armado tan rápido como sea posible y sin contemplaciones", ha dicho hoy el primer ministro libanés, Fuad Siniora. A la misma hora, el ejército cercaba con una alambrada el campo de refugiado de Naher el Bared, sobre el que se cernía la sombra de un ataque inminente, según informa Fernando Gualdoni.

El ejército había tomado posiciones y ampliado el perímetro de seguridad alrededor del campo, del que apenas salía ya gente tras la huida despavorida de los últimos días de los palestinos refugiados allí. Los cuatro accesos al campo estaban rodeados por soldados y tanques de combate. "La situación es muy tensa en el interior. Estamos a la espera, preparados para operar en cuanto se nos ordene", explicó un coronel de la unidad especial de incursiones terrestres del Ejército libanés apostado en la entrada sur.

El Gobierno mantenía desde ayer contactos con las autoridades palestinas en Líbano para explorar posibilidades sobre cómo entrar en el campamento, ante el temor de que la incursión provocara una oleada de enfrentamientos en el resto de campamentos, donde puede haber también grupos radicales de similar ideología a Fatah al Islam. "Existe un riesgo que debemos calibrar con mesura", ha señalado en Beirut un representante de la Organización para la Liberación de Palestina.

Familias de refugiados palestinos, en el campo de Bedawi tras huir de los combates en Nahr al Bared.
Familias de refugiados palestinos, en el campo de Bedawi tras huir de los combates en Nahr al Bared.EFE

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