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Lula arremete contra el sistema educativo brasileño en vísperas de formar Gobierno

Los nombramientos serán anunciados hoy, aunque aún se mantiene la incógnita sobre 7 ministros

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer, ante un público de profesores, educadores y psicólogos, que la calidad de la enseñanza en su país “es la peor del mundo”. Por eso, anunció que ha pedido al actual ministro de Educación, Fernando Haddad, un técnico a quien confirmará hoy en su cargo, que convoque a quienes han ocupado esta cartera ?tanto de su Gobierno como de la oposición? para estudiar con ellos “una gran revolución en el sistema educacional”. La composición del nuevo Gabinete que Lula anunciará hoy aún está marcada por las incógnitas.

Lula dijo ayer a su auditorio que no debe permitirse que haya tres millones de jóvenes brasileños que abandonan cada año los estudios y “se van a la escuela del crimen”, captados por los narcotraficantes.

Éste, pues, será uno de los principales problemas que deberá afrontar el nuevo Gabinete brasileño. De no haber sorpresas de última hora ?algo harto probable en la psicología política de Lula, que gusta despistar a la prensa?, hoy hará públicos los nombres de los nuevos ministros que formarán el Gobierno de su segundo mandato. Para elaborar esta lista ha necesitado 75 días desde que tomó posesión, el pasado 1 de enero. Y aún ayer, en vísperas del anuncio, aparecían sin confirmar siete titulares de las 34 carteras existentes.

Los motivos de esta espera de dos meses han sido variados. Entre ellos se encuentra el hecho de que a Lula no le resulta nada fácil despedir a quienes han sido ministros hasta ahora, casi todos ellos viejos compañeros del sindicato en los años duros de la oposición. Otra dificultad estriba en los esfuerzos que ha debido realizar para satisfacer el hambre de ministerios de los 11 partidos aliados que apoyarán a su Gobierno. Entre ellos, el principal problema lo planteaba el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) ?la mayor formación política de Brasil después del Partido de los Trabajadores (PT)?, eternamente dividido entre el Gobierno y la oposición, aunque ahora se ha unido por primera vez en torno a Lula; de los dos ministros con que contaba en el anterior mandato, pasará a contar con cinco, todos ellos importantes.

La otra dificultad era la susceptibilidad del partido de Lula, el PT, que en su gestión anterior había contado con más de 20 ministerios y que, aun sabiendo que tendría que perder algunas carteras en pro de los aliados de la coalición, luchó hasta el último momento para obtener la mayor tajada posible. Y lo consiguió, porque se va a quedar con más de la mitad de los ministerios. Al final, según las filtraciones a la prensa publicadas ayer, Lula ha acabado dejando en sus cargos a 15 ministros, prácticamente la mitad del Gobierno. No quiso o no consiguió cambiarlos. Entre ellos, dos figuras emblemáticas: el ministro de Cultura, el músico y cantante negro Gilberto Gil, y Marina Silva, la polémica ministra de Medio Ambiente, tambien negra y buena amiga de los ecologistas.

Uno de los nombramientos más comentados es el del nuevo titular de Justicia, el ex ministro de Educación y de Relaciones Institucionales Tarso Genro, del ala más a la izquierda del PT, quien pretende “refundar” el partido. Por primera vez en Brasil, estará al mando de la Policía Federal no un técnico de la abogacía o de la magistratura, sino un militante de un partido y concretamente de un partido de izquierdas.

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