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La fiscalía acusa a un jefe policial de facilitar armas para la matanza de Chiapas

Juan Jesús Aznárez

, El propósito de enmienda del presidente Ernesto Zedillo respecto a Chiapas, manifestado con la forzada renuncia de varios cargos públicos y un primer diálogo directo entre delegados gubernamentales y líderes de comunidades zapatistas, topa con una confesión que compromete gravemente a las autoridades policiales de aquel Estado y al oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la matanza del 22 de diciembre. La fiscalía ejercitó una acción penal contra Felipe Vázquez comandante de la Dirección General de Seguridad Pública de Chiapas, acusado de haber facilitado el transporte de las armas supuestamente utilizadas en los asesinatos de Acteal.

También acusado por un informe de la oficial Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Jorge Gamboa Solís renunció como coordinador general de las policías de Chiapas, función que desempeñaba desde 1995.Al texto de la (CNDH) sobre las responsabilidades de funcionarios y mandos policiales en los hechos, por acción u omisión, se suma la documentación difundida por la Procuraduría General de la República (PGR) sobre la admisión de culpas del comandante Vázquez, que se escuda en la obediencia debida. El jefe policial testimonió que por "órdenes de la superioridad" permitió a militantes del PRI, previamente Identificados como tales, el uso de armas. La fiscalía aporta cinco fotografías donde se aprecia a personal de los cuerpos de seguridad, entre ellos al comandante inculpado, en compañía de civiles armados. "Igualmente [Vázquez] dio instrucciones para que en vehículos de Seguridad Pública se trasladaran cartuchos y armamento desde distintos lugares hacia la comunidad Los Chorros". Las armas para la carnicería eran de uso exclusivo del Ejército.

El Gobierno, por otra parte, trata de evitar una repetición de la violencia y acelera su atención a una región pobre y secularmente abandonada a su suerte. Se suceden con ese objetivo reuniones entre el Ministerio de Interior, y las diferentes partes involucradas en el conflicto.

De otro lado, miles de mexicanos participaron ayer en una jornada nacional de protesta contra la matanza de Acteal. En las afueras de Ocosingo, agentes de la policía de Chiapas abrieron fuego contra un grupo de indígenas simpatizantes de los zapatistas que les habían arrojado piedras. Una persona murió y otras dos recibieron heridas de bala, según informó un portavoz municipal.

La gran manifestación convocada en la capital mexicana fue secundada por decenas de miles de personas que corearon gritos en favor de los zapatistas y en contra del Gobierno. En España también desfilaron 3.000 manifestantes en Madrid en solidaridad con las víctimas de Chiapas.

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