_
_
_
_
_
MUERE EL AZOTE DE ZAIRE

Mobutu utilizó Suiza como centro de 'lavado' de su inmensa fortuna

La muerte del ex emperador Mobutu Sese Seko deja abierta una gran interrogante sobre el destino de sus bienes. La familia del depuesto dictador se topa ahora con numerosos obstáculos para poder heredar. Siempre se dijo que Mobutu, tras 32 años de régimen cleptocrático y absoluto, había amasado una fortuna equivalente a la deuda exterior de Zaire (hoy República Democrática de Congo): 13.800 millones de dólares (unos dos billones de pesetas). Pero ese mismo sistema, que le forzó a comprar adhesiones, amaestrar a la oposición y gastar en numerosas armas, mermó su capacidad de ahorro.

Más información
Mobutu será enterrado "provisionalmente" en Rabat en espera de un futuro traslado al antiguo Zaire
Ultimo ejemplar de una era de dictadores
Una lujosa casa y una arruinada embajada en Madrid

La riqueza de Mobutu tiene dos pilares: sus bienes inmobiliarios, muchos de ellos en manos del nuevo Gobierno de Laurent Kabila, y el dinero, que, en gran parte, se mantiene oculto en cuentas secretas, con nombre falso, o en paraísos fiscales a través de empresas interpuestas o ficticias. Parte de ese dinero está o pasó en su día por Suiza. Según las últimas estimaciones, basadas en un informe de 300 bancos suizos, ese dinero apenas llega hoy a los 3,5 millones de dólares (unos 520 millones de pesetas). Pero todos los investigadores saben que esas cifras distan mucho de la realidad. Esta puede ascender a los 8.000 millones de dólares (1,2 billones de pesetas), según el nuevo Gobierno de Kinshasa, o sólo a la mitad,según el Banco Mundial.Un ex asesor financiero de la familia Mobutu, el economista Jules Buwamba, asegura que el grueso de la fortuna del ex dictador está o pasó por Suiza, país que fue. utilizado durante años como centro de lavado. Pero hay datos muy concretos: Kongulu Mobutu, uno de los hijos del ex presidente, abrió una sociedad fantasma en Martigny, en el cantón suizo de Valais. "Oficialmente, se trató de una compañía de exportación e importación, pero en realidad era un instrumento para que el hijo de Mobutu pudiera tener la autorización de trabajar en Suiza y, de esa manera, se dedicara con más libertad a la venta de diamantes y a frecuentar a los administradores de su padre", asegura el periodista Ram Etwarrea, que ha investigado sobre la fortuna de Mobutu.

El hijo de Mobutu fundó el grupo Yoshad, una compleja compañía de exportación. "Tengo la convicción de que todavía se encuentra en Suiza una parte de la fortuna familiar", dijo Buwamba, antes de agregar que el holding abrió una oficina en la villa de Samvigny, la propiedad inmobiliaria de Mobutu valorada en 3,5 millones de dólares y donde probablemente existen documentos comprometedores, a pesar de que es una mansión confiscada por el Gobierno suizo.

Otros datos insisten en esta tesis, de que Mobutu Sese Seko usó Suiza como plaza financiera. Kongulu se presentó en 1996 ante un comerciante en diamantes de Ginebra y le propuso una relación comercial regular.

La Unión de Bancos Suizos (UBS) no quiso confirmar si la cuenta número 243-405342 (sobre la cual el hijo del dictador pidió, en 1994, que le fueran transferidos los productos de la venta de "cien toneladas de metal amarillo") tiene dinero todavía hoy. "Se trata de un número plausible de nuestra sucursal de Lausana", dijo un portavoz de la UBS.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Uno de los portavoces del Ministerio suizo de Relaciones Exteriores, Hugo Schittenhelm, explicó que la muerte de Mobutu no tiene "ninguna consecuencia jurídica" sobre las cuentas del ex presidente en este país, que seguirán congeladas.

Documentar la propiedad del dinero de Mobutu en Suiza es dificil, legalmente hablando, ya que los investigadores políticos y periodísticos se topan siempre con un tema tabú en Suiza: el secreto bancario.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_