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La Marina brasileña acude al auxilio de Río de Janeiro

Más efectivos en la lucha contra los 'narcos' de las favelas

Las autoridades de la ciudad brasileña de Río de Janeiro están preocupadas, porque la violencia que aflige a la ciudad más turística del país ya ha comenzado a influir en el número de turistas que llegan a la ciudad, que disminuyó considerablemente durante el pasado Carnaval. El gobernador del Estado de Río, Sergio Cabral ?un político con ambiciones a nivel nacional y amigo personal del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva?, y el dinámico alcalde de la ciudad del mismo nombre, César Maia, están decididos a usarlo todo para combatir la violencia del narcotráfico que anida en las favelas. Por eso, han acordado utilizar a los efectivos de la Marina en esta lucha, precisamente en un momento delicado, víspera del inicio de las obras de reestructuración de las favelas, un proyecto al que el Gobierno ha destinado una lluvia de millones.

La Marina comenzará sus tareas en el mayor grupo de favelas de Río, el del Complexo Alemão, visible para todo visitante que viaje a la ciudad desde el aeropuerto internacional Tom Jobim, así como en la gran favela de Rocinha. Para poder iniciar las obras en estas barriadas, las fuerzas del orden están preparando una ocupación masiva de las mismas con el objetivo de expulsar de ellas a los cabecillas del narcotráfico; éstos se oponen a las obras previstas por el Gobierno, porque pretenden hacer de las favelas barrios normales de la ciudad donde las fuerzas del orden puedan ejercer su autoridad. Hasta ahora, el territorio de las favelas ha sido un coto vedado del narcotráfico, en el que, como un poder paralelo, éste impone sus leyes.

La Marina aportará 500 fusiles de última generación y pondrá al servicio de las distintos cuerpos policiales sus servicios de inteligencia. Al mismo tiempo, vigilará la bahía de Guanabara, por donde suelen entrar armas y drogas destinadas a las favelas; para ello, prevé el uso de helicópteros y embarcaciones punteras. En algunas favelas, los modernos equipos de telecomunicaciones de la Marina suplirán las deficiencias tecnológicas de las policías civiles y militares, sobre todo en las llamadas zonas de sombra, donde los agentes no consiguen comunicarse entre ellos.

Otra de las ayudas que ofrecerá la Marina a la guerra contra la violencia en Río es la vigilancia de los arsenales de armas de la policía y del Ejército de Tierra, que con frecuencia acaban siendo saquedos para abastecer a los traficantes de droga, gracias a la connivencia de policías y militares corruptos.

El almirante Max Roffé Hirschfeld ha sido designado responsable de coordinar las tareas de la Marina con las autoridades políticas de Río.

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