La Marina, al rescate
EE UU moviliza un portaaviones y varias aeronaves para abastecer de agua y comida a un crucero de lujo averiado en el Pacífico
Han sido dos días parados en las aguas del Pacífico. Unas 4.500 personas, entre pasaje y tripulación; sin aire acondicionado, sin comida caliente y sin teléfono. Y al precio de un crucero de lujo. Tal es la situación de los turistas a bordo del Carnival Splendor, un superbuque de la compañía Carnaval Cruise Lines, a cuyo rescate ha tenido que acudir la marina estadounidense. Los tripulantes del portaaviones Ronald Reagan han abandonado sus maniobras, se han desviado unos kilómetros de su trayectoria y han llevado al Carnival agua y comida.
"Las condiciones a bordo del barco son muy difíciles y sinceramente nos disculpamos por la incomodidad y los inconvenientes que nuestros huéspedes actualmente están soportando", se ha disculpado el presidente y jefe ejecutivo de la naviera en un comunicado. Los suministros han sido transportados desde tierra al portaaviones mediante helicópteros y aviones militares. El coste de la operación ronda el millón de dólares (más de 700.000 euros), correspondiente a los gastos en combustible, comida y disposición del personal, según la Marina de EE UU.
El crucero ha permanecido inmovilizado desde el pasado lunes, cuando un incendio en la sala de máquinas, dañó el sistema de propulsión del barco y lo dejó a la deriva en aguas del Pacífico, a 80 kilómetros de Punta San Jacinto (en el Estado mexicano de Baja California) y a 240 de San Diego (California, EE UU). El sistema eléctrico también resultó estropeado y, a pesar de que los generadores auxiliares proveían energía limitada, el sistema de aire acondicionado y el de refrigeración de alimentos, el servicio de comida caliente y los teléfonos tampoco funcionaban. Los ingenieros lograron hacer funcionar los servicios higiénicos para todas las cabinas y los baños el lunes por la noche.
Una portavoz de la compañía indicó que el Carnival Splendor normalmente transporta suficiente alimento y agua para durar al menos una semana, pero que las provisiones se agotaron debido a la avería eléctrica. Según se planeó originalmente, el barco iba a ser remolcado al puerto de Ensenada, en México, para que los pasajeros, unos 3.300, desembarcasen y fuesen transportados en autobús a Tijuana. Posteriormente Carnival cambió de planes e informó de que la embarcación estaba siendo impulsada por remolcadores hacia San Diego, sin que se conozca cuándo llegará.
Los pasajeros del crucero averiado recibirán el reembolso completo del billete y el pago de los costos de transporte, así como un viaje en un crucero de valor similar.
