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Marine Le Pen asume el control del Frente Nacional y lo lanza "a la conquista del poder"

La nueva lider de la ultraderecha francesa ya se ve candidata presidencial en 2012 y asegura que no pactará con Sarkozy.- Un sondeo le otorga alrededor de un 18% en intención de voto

Marine Le Pen posa junto a su padre momentos después de anunciar este que ella le sucederá al frente del movimiento ultraderechista.
Marine Le Pen posa junto a su padre momentos después de anunciar este que ella le sucederá al frente del movimiento ultraderechista.AFP

Marine Le Pen, de 42 años, hija de Jean Marie Le Pen, su sucesora política, ex abogada, flamante nueva presidenta del Frente Nacional (FN) desde hoy, ha asegurado en su primer discurso como líder de la ultraderecha francesa que piensa convertir esta formación en un movimiento eficaz que sirva "para alcanzar el poder". Su padre, que se presentó a cinco elecciones presidenciales, no lo consiguió nunca. Sólo en 2002 logró superar la primera vuelta, apartando al socialista Lionel Jospin, para acabar derrotado en la segunda por un apabullante 82% de Jacques Chirac. Ahora, su hija, con un mensaje más moderno y populista, intenta, además de en el caladero habitual del FN, penetrar en capas de la sociedad formadas por los decepcionados por el Gobierno de Nicolas Sarkozy o los afectados por la crisis económica.

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Los asistentes al XIV Congreso Nacional del FN en Tours han recibido a su nueva líder con dos frases sintomáticas: "Marine presidenta" y "Francia para los franceses". La hija de Le Pen, menos aplaudida que su padre en el día anterior, aparentemente menos incendiaria, menos amiga de improvisar, menos brutal en sus declaraciones, ha hecho, con todo, algunos guiños al rechazo de la inmigración y los extranjeros -"No pueden obligar a que todos quieran comer cordero halal"-. Pero, sobre todo, ha centrado su discurso en la crítica al sistema: "Rechazamos a los tecnócratas de Bruselas y el euro y pedimos recobrar nuestra libertad". Antes, en una rueda de prensa, había asegurado que asume todo el pasado de la formación que se apresta a dirigir, que no piensa aliarse jamás con Sarkozy y que ya se ve como candidata a las elecciones presidenciales de 2012.

De hecho, su discurso ha sido una suerte de lanzamiento de campaña electoral y de exposición de un programa difuminado. Ha prometido reformas fiscales para que los que menos tienen paguen menos y los que más tienen paguen más, ha asegurado que no se opone a nacionalizar o controlar muy de cerca los bancos, que atacará a las élites "que monopolizan el país" y que con ella "el poder será para el pueblo, con el pueblo y del pueblo"; apartándose un tanto de la retórica ajada de su padre sobre el pasado colonial francés y las guerras perdidas de Argelia e Indochina.

¿Puede cuajar este mensaje más práctico y populista, este nuevo estilo del FN? Más claramente: ¿Puede llegar al Elíseo Marine Le Pen en 2012? Para eso debería apartar a Sarkozy en la primera vuelta. Un sondeo de la revista Marianne le otorga actualmente un 18% de votos. Su padre, cuando sobrepasó la primera vuelta en 2002, obtuvo un 17%. "Actualmente no tiene ninguna posibilidad", asegura Pascal Perrineau, director del Centro de Investigaciones Políticas de SciencesPo y experto en la ultraderecha francesa, presente en el congreso. "Pero todo depende de la evolución de la crisis. Lo que es cierto es que su ascenso es un síntoma de que algo no marcha en la sociedad francesa", añade.

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