_
_
_
_
_
Reportaje:

McCain llena el vacío republicano

El senador de Arizona vuelve con fuerza a la carrera con un triunfo rotundo

Antonio Caño

En una resurrección que algunos analistas comparan con el milagro de Lázaro, John McCain vuelve de lleno a la carrera por la candidatura republicana a la presidencia después de su contundente victoria en New Hampshire y, aunque no se le puede considerar todavía el favorito, sí se aproxima al modelo de candidato convincente que los conservadores necesitan para poder ser competitivos en noviembre.

La victoria de Mike Huckabee en los caucuses de Iowa —en New Hampshire fue tercero con un 11% de los votos— fue la prueba del vacío de liderazgo en el Partido Republicano. El triunfo de McCain aquí confirma ese vacío, así como la tendencia del electorado a llenarlo con un valor seguro como es el veterano senador de Arizona, cuyos únicos e involuntarios pecados son los de su edad (71 años) y los de mantener posiciones moderadas respecto a algunos asuntos trascendentales para las bases republicanas, como la inmigración o el aborto.

El gran rival es Giuliani, más popular en el conjunto del país

"John McCain es un luchador que nunca se rinde", ha advertido Katon Dawson, presidente del Partido Republicano en Carolina del Sur, escenario que se prevé determinante para conocer las posibilidades del admirado ex prisionero de guerra en Vietnam.

La campaña de McCain ha sido una verdadera montaña rusa. Desde su posición de favorito hace menos de un año hasta los rumores sobre su retirada el verano, McCain ha pasado por un calvario de soledad y de falta alarmante de fondos cuando llegó a estar en cuarta o quinta posición en las encuestas.

Ahora, sin embargo, se le ve enfilado para el supermartes del 5 de febrero y parece irse quitando rivales de en medio. La derrota en New Hampshire supone un serio traspié para Mitt Romney, que había invertido toneladas de su propio dinero para ganar en las dos primeras grandes contiendas. No lo ha conseguido en ninguna. Aunque venció en los intrascendentes caucuses de Wyoming, Romney necesita urgentemente triunfos para seguir adelante. Puede obtenerlo la próxima semana en Michigan, donde su familia tiene sus raíces, pero lo tiene muy difícil más adelante.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Tampoco a Huckabee parece quedarle mucho oxígeno (aunque la actuación electoral de este pastor evangélico es mucho más imprevisible) y están todavía por verse las verdaderas posibilidades del actor Fred Thompson.

El mayor rival de McCain en el horizonte es Rudy Giuliani, el ex alcalde de Nueva York que ha renunciado a las batallas de Iowa y New Hampshire y ha diseñado una estrategia para ganar en Florida, justo a las puertas del supermartes, y continuar después con victorias en su Estado de Nueva York y en otros grandes como California, Nueva Jersey o Illinois.

Giuliani tiene sobre McCain la ventaja de una situación financiera más saneada, mayor popularidad en el conjunto del país y un mensaje más conservador en algunos aspectos. Tiene, por ejemplo, el apoyo del influyente telepredicador Pat Robertson. McCain tiene la ventaja de ofrecer mucha más confianza al electorado. Giuliani es un personaje complejo, con una biografía llena de polémicas personales y un montón de posibles escándalos amenazando con estallar a su alrededor. Todavía siguen sin respuesta algunas de las sospechas planteadas por los medios de comunicación sobre las actividades de su despacho de abogados en Nueva York.

Frente a eso, McCain es un hombre de lenguaje directo y de historial limpio. Su discurso, basado en la seguridad de la nación, la honradez personal, la dignidad de la política y el patriotismo, gusta en Estados Unidos tanto a jóvenes como a mayores, a progresistas y a conservadores.

Los más jóvenes, además, admiran al mismo tiempo su hoja de servicios en Vietnam y sus posiciones presentes a favor de la lucha prioritaria contra el calentamiento global. Curiosamente, no parece haberle perjudicado demasiado su apoyo a la estrategia actual en Irak (aumento de tropas incluido), que él ha defendido contra viento y marea argumentando que prefería perder unas elecciones a perder una guerra.

El electorado republicano, que también es partidario de un cambio, parece haber entendido que McCain, famoso por una larga trayectoria de iniciativas bipartidistas en el Senado, no sólo no es George W. Bush, sino un antiguo y terco rival del actual presidente y del pensamiento neocon.

El candidato republicano John McCain celebra su victoria de ayer en las primarias de New Hampshire, en Nashua.
El candidato republicano John McCain celebra su victoria de ayer en las primarias de New Hampshire, en Nashua.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_