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México vive la mayor ola de violencia de su historia con la guerra entre carteles de 'narcos'

Al menos 20 muertos enfrentamientos en el Estado de Sonora, fronterizo con EE UU

México vive este año la mayor ola de violencia interna de su historia, con la excepción de los períodos bélicos, por la acción de los cárteles del narcotráfico, como quedó en evidencia ayer con un enfrentamiento armado contra la policía que dejó 22 muertos en el estado de Sonora.

Ante este preocupante escenario, el secretario (ministro) de Seguridad Pública, Genaro García Luna, ha afirmado hoy, en una rueda de prensa, que las autoridades no van a dar su brazo a torcer, sino más bien redoblar sus esfuerzos. La "guerra contra el narco" se ha diseminado por casi todo el país y desde enero pasado ha dejado mil asesinatos al estilo de la mafia, con tiros de gracia en la cabeza, mutilaciones y mensajes macabros junto a las víctimas. En 2006 las víctimas mortales derivadas de este problema fueron

unas 2.000.

Para Chavat, lo sucedido en Sonora es fruto de un "reacomodo" territorial de las bandas criminales, provocado por el despliegue de miles de policías federales y soldados en una decena de estados. Esta iniciativa es cuestionada por los expertos, que abogan por

incrementar el trabajo de inteligencia antes de encarar con sus mismas armas al crimen organizado.

22 muertos

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Ayer, el país vivió la jornada más violenta en la lucha contra el crimen organizado en años, con un total de 22 muertos en el Estado de Sonora, fronterizo con Estados Unidos. Un comando criminal de entre 40 y 50 hombres armados asaltó por la mañana el poblado de Cananea, lo que dio lugar a duros enfrentamientos de los sicarios con la policía. Ya por la tarde, prosiguieron los choques en el poblado de Arizpe, en la sierra de Sonora, donde llegó la policía para perseguir a los criminales.

Calderón, tras la senda de Fox

Los carteles mafiosos iniciaron hace unos cuatro años una guerra entre ellos por el control de plazas para la distribución de la droga hacia Estados Unidos y el mercado local. El Gobierno del presidente Vicente Fox (2000-2006) intentó frenar dicha ola de violencia con el plan México Seguro, que consistió en el envío de militares y policías a puntos estratégicos, pero la espiral sangrienta continuó y sólo en 2006 hubo al menos 2.000 muertos atribuidos al crimen organizado.

Según los expertos, Calderón está aplicando la misma estrategia y, por el momento, el resultado más visible, además de la extradición a EE UU de 15 capos mexicanos del narcotráfico, es la muerte de más de mil personas en lo que va de año. El narcotráfico ha demostrado su poder de acción tanto con el asesinato de policías municipales y estatales como de agentes federales y militares, de los que una docena de estos últimos han resultado muertos desde enero. El lunes, en una aparente acción del crimen organizado, fue asesinado a tiros un estratega en información de la Fiscalía general cuando viajaba en su camioneta en un barrio capitalino.

En la ola de violencia ha sido arrastrada la prensa y 12 periodistas han sido asesinados de 2006 a lo que va de este año, los dos últimos el pasado abril. Además, varios sectores están pidiendo que los militares no participen en la lucha contra el narcotráfico. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (Defensora del Pueblo) denunció el martes que un soldado desplegado en la lucha contra el crimen organizado violó a una joven de 17 años y se investiga la posible violación de tres menores más por parte de otros soldados.

Agentes de policía en una carretera cerca de la ciudad de Arizpe durante la operación.
Agentes de policía en una carretera cerca de la ciudad de Arizpe durante la operación.AP

El mayor túnel transfronterizo

EE UU ha comenzado a rellenar el túnel transfronterizo con México más largo de los descubiertos hasta ahora y que era utilizado para el contrabando entre ambos países. El túnel, localizado en enero, está situado cerca del puerto de entrada Otay Mesa en San Diego (California). La entrada sur estaba escondida en un almacén junto al aeropuerto de Tijuana, en México. El pasadizo subterráneo medía 732 metros de largo por 26 de profundidad, y estaba equipado con un sistema de poleas para entrar y salir. Los trabajadores tardarán tres días en rellenar el túnel, y su trabajo costará al gobierno estadounidense cerca de 2 millones de euros.

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