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Miles de radicales serbios protestan en Belgrado por el arresto de Mladic

70 detenidos en enfrentamientos entre jóvenes extremistas y la policía

Andrea Rizzi

"Mladic es un héroe que defendió a Serbia. El presidente Tadic es un traidor. La Haya es una justicia unilateral que solo juzga a los serbios". Lilia Petrovic, economista de unos 50 años, no tiene dudas, ni ganas de alejarse del turbulento pasado que sigue condicionando el presente de su país. Junto con una decena de miles de ultranacionalistas serbios, Petrovic expresó ayer en Belgrado su rechazo y desprecio por la captura de Ratko Mladic, el general que lideró las tropas serbobosnias en los años noventa y que está acusado de crímenes contra la humanidad.

"¡Traición, traición!", era el grito más recurrente en la plaza del Congreso. El acto fue convocado por el nacionalista y antieuropeo Partido Radical y terminó con enfrentamientos entre jóvenes extremistas y la policía. Un grupo de radicales atacó a pedradas a los agentes. Siete personas resultaron heridas y 70 detenidas en choques que prosiguieron en otros puntos de la ciudad, pero que fueron menos violentos de los que siguieron a la captura del líder político serbobosnio Radovan Karadzic en 2008.

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Hasta entonces, la manifestación había sido marcada por discursos de los dirigentes políticos repletos de dura retórica antioccidental, comentarios homófobos y recordatorios de las invasiones turcas. La pancarta principal rezaba "Tadic no es Serbia". Mladic era definido unánimemente como "héroe". El Partido Radical no supera el 5% en los sondeos de opinión, pero no es el único representante del bloque nacionalista: junto con otras formaciones de discurso algo más aseado rondan el 40%.

La manifestación hacía evidentes varios aspectos del conflictivo pulso político que agita Serbia, entre un alma más proeuropea y otra decididamente fría u hostil hacia Occidente; diferentes maneras de relacionarse con el pasado de los años noventa. La plaza dibujaba los contornos de esas almas: gran parte de los manifestantes parecía haber llegado a la capital del interior del país; la presencia de jóvenes era limitada. Las nuevas generaciones y las clases urbanas parecen mucho más deseosas de enterrar el pasado y mirar hacia el futuro.

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Pero ello no impide que el rechazo a la captura de Mladic sea muy amplio, mucho más que la limitada participación a la manifestación. Sondeos efectuados en los últimos años han mostrado que más del 50% de los serbios no quería entregarle a La Haya. La distancia entre esos notables porcentajes y la reducida afluencia al acto de Belgrado sugiere que muchos, aunque dolidos, prefieren pasar página.

"No entiendo por qué tenemo

s que entregarle a La Haya. Si hay que juzgarle, ¿por qué no se le puede juzgar aquí?", dice Damir Shipraga, funcionario de 28 años. Su discurso no es radical. La desconfianza hacia Occidente que expresa tiene una significativa base social. Son muchos los serbios que aceptan y entienden la importancia de entrar en la Unión Europea pero que manifiestan escepticismo o rencor hacia Occidente.

Mientras Shipraga habla, los altavoces escupen canciones patrióticas tradicionales en las que Kosovo es protagonista. Un puestecillo improvisado vende a cinco euros cantidad de camisetas con la imagen de Mladic o frases tipo "Sois lo más asqueroso de Serbia" para referirse al actual Gobierno filo-europeo.

La manifestación hubiese sido sin duda más multitudinaria si se hubiese movilizado el Partido Progresista de Serbia, el más poderoso del sector nacionalista. Sus líderes, sin embargo, prefirieron no sumarse, pese al disgusto de sus militantes. Los dirigentes optaron por una dialéctica neutra, sin aprobar ni condenar la detención, para no irritar ni a Bruselas ni a sus bases. De la actitud de este partido, que tiene un 20% de apoyo en los sondeos, depende en buena medida la estabilidad de la relación entre Serbia y la UE. De momento, Bruselas tiene como único interlocutor sólido al bloque del presidente Boris Tadic.

A unos 500 metros de la manifestación, en la plaza de la República, Petar, Nemanja y otros cuatro amigos se disponen a ir a una exposición cultural. "¿La manifestación? No nos interesa en absoluto", dice uno de ellos. Son estudiantes universitarios. "Podría usted venir con nosotros, sería mejor que ocuparse de aquello", dice Petar. Pero hay todavía un sector significativo de la sociedad serba que no piensa así, y parece que habrá que lidiar con ello para rato.

Manifestantes contrarios a la detención de  Ratko Mladic se enfrentan a la policía en el centro de Belgrado
Manifestantes contrarios a la detención de Ratko Mladic se enfrentan a la policía en el centro de BelgradoDARKO VOJINOVIC (AP)

El general niega su papel en Srebrenica

Ratko Mladic afirma no haber tenido nada que ver con la masacre de Srebrenica, de la que le acusan, según afirmó ayer su hijo Darko. En declaraciones a la prensa en Belgrado, el hijo de Mladic aseguró que su padre había ordenado que de ese enclave bosniomusulmán se evacuasen en julio de 1995 los heridos, las mujeres y los niños, y luego también los combatientes.

"Lo único que ha dicho de Srebrenica es que [él] no tuvo que ver con lo que se hizo allí", manifestó Darko Mladic tras visitar a su padre en la celda del departamento especial de crímenes de guerra del Tribunal de Belgrado. La policía serbia detuvo a Ratko Mladic, de 68 años, el pasado jueves en una aldea al norte de Belgrado, donde habría vivido en la casa de un primo durante varios años. La justicia serbia ha autorizado ya su extradición al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) en La Haya que le acusa de genocidio en relación con Srebrenica, donde fueron asesinados más de 8.000 varones musulmanes.

El hijo del general insistió ayer una vez más en el delicado estado de salud del exgeneral y aseguró que no es capaz de comparecer ante el tribunal para ser juzgado. Asimismo, criticó la decisión del tribunal serbio de dar por buenas las condiciones para que Mladic sea juzgado, al recordar que los médicos le han diagnosticado varias enfermedades crónicas al acusado, que durante los 16 años de su fuga habría sufrido dos derrames cerebrales.

Darko Mladic anunció que pedirá un examen médico independiente sobre la salud de su padre, quien por otro lado podría ser extraditado al TPIY en los próximos dos días si los magistrados serbios rechazan el recurso que presentará la defensa. Según Darko Mladic, el general se pierde a momentos y habla sin sentido, y se refiere mucho al pasado.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).

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