Mitt Romney se perfila como firme aspirante a retar a Obama
Tanto Mitt Romney como Herman Cain fueron los ganadores del debate republicano celebrado en la noche del martes en la Universidad de Dartmouth, en Hanover, New Hampshire. Romney, exgobernador de Massachusetts, se consolidó como el hombre fuerte del grupo, y Cain, antiguo dueño de una cadena de pizzerías, por primera vez ocupaba un papel relevante desde que entrara en la liza por la nominación a la carrera presidencial. Ambos empresarios estaban cómodos defendiendo sus propuestas económicas, tema que monopolizó el debate.
¿El gran perdedor de la velada? Rick Perry, el gobernador de Tejas, cuyo rostro incluso reflejaba la etiqueta de fracasado que le otorgan las encuestas en su intento por lograr la candidatura del Partido Republicano a la Casa Blanca en 2012.
Perry parecía invisible por momentos, tanto que incluso cuando Mitt Romney tuvo ocasión de hacer una pregunta a uno de sus contrincantes no le eligió a él -el formato del debate fue distinto de los siete anteriores-, como hubiera sucedido hace un par de semanas, cuando su nombre lideraba las encuestas. Romney optó por cuestionar a la representante de Minnesota, Michele Bachmann, mandando dos poderosos mensajes: el cortejo del voto femenino y el repudio a Perry.
Quedaba así Romney definido como el más firme aspirante con el que hasta ahora parece contar el Partido Republicano para competir con Obama.
Todos estuvieron de acuerdo en que Obama ha sido incapaz de gobernar y de sacar al país de la grave crisis económica que vive. En opinión de todos los candidatos republicanos, el presidente se ha entregado al juego de la política sin tomar medidas y se ha olvidado de las necesidades de los ciudadanos.