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Navajazos en las calles de Londres

Otro joven muere tras sufrir múltiples cuchilladas

Un joven de 16 años murió ayer en Londres después de sufrir múltiples navajazos el jueves por la tarde en la zona de Thornton Heath, en Croydon, sureste de Londres. Su muerte se suma al horrible asesinato de dos estudiantes franceses, que murieron maniatados tras recibir más de 200 navajazos entre ambos. Y a la del joven Ben Kinsella, de 16 años, muerto también a navajazos en la calle la semana pasada en Islington. Y a la del tunecino de 34 años Hamouda Bessaad y la británica Dee Willis, de 28 años, asesinados también por el mismo sistema esta semana en el sureste de Londres en dos incidentes separados.

Una auténtica oleada de muertes por arma blanca en un año que ya era especialmente sangriento. En estos últimos siete meses han muerto a tiros o a navajazos 18 menores de 18 años en Londres, 32 en el conjunto del país. Las cifras totales no se conocen, pero en los tres últimos meses hasta el 31 de mayo habían muerto en Londres 45 personas, frente a los 30 fallecidos el año anterior en ese mismo periodo. La cifra de homicidios, sólo en Londres, se eleva a 162 entre mayo de 2007 y mayo de 2008, frente a los 155 del año anterior.

Más información
La policía libera al joven de 21 años en relación al asesinato de dos estudiantes franceses en Londres

La extraordinaria publicidad que está recibiendo el problema de los homicidios en la capital británica, por la muerte de numerosos jóvenes a manos de otros jóvenes, pero también por la cuantía general de los casos y por el horror que acompaña a algunos de ellos, como el de los dos estudiantes franceses asesinados el domingo pasado, está convirtiendo esta última oleada en un problema político.

Un problema para el primer ministro, Gordon Brown, que el mes pasado convocó una cumbre para abordar en especial la cuestión de los jóvenes que llevan consigo armas blancas o pistolas, sin que los resultados del encuentro encandilara a nadie. Pero también un problema político para los conservadores porque Londres se ha convertido en el foco de atención de la violencia y el nuevo alcalde, Boris Johnson, apostó con cierta demagogia por poner el tema de la seguridad ciudadana en primer plano.

Edificio en el sureste de Londres donde fueron asesinados los estudiantes franceses.
Edificio en el sureste de Londres donde fueron asesinados los estudiantes franceses.ASSOCIATED PRESS
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