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La OTAN asume hoy el mando de la fuerza internacional en Afganistán

La OTAN inicia hoy su primera misión de paz fuera de Europa, al tomar las riendas de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), a petición de Naciones Unidas. El mandato de actuación de los aliados se limita, como hasta ahora, a Kabul, la capital afgana. Ésta es la primera misión de la OTAN fuera de Europa en sus 54 años de existencia. En unas recientes declaraciones, el secretario general de la Alianza Atlántica, George Robertson, subrayó la voluntad de las fuerzas aliadas de mantener la línea de acción desarrollada hasta ahora por la ISAF, y recalca su confianza en el éxito de la misión. "La OTAN no asume una operación para fracasar. La OTAN está obligada al éxito y está determinada a conseguirlo", afirmó Robertson, que expresó el deseo aliado de que la situación en Afganistán se normalice con rapidez.

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"Cuanto antes dejemos de ser necesarios en Afganistán, mejor, pero por el momento somos parte del futuro de Afganistán", apuntó.La ISAF, creada en diciembre de 2001, tras la caída del régimen talibán, tiene como labor ayudar al Gobierno de Hamid Karzai a garantizar la seguridad en Kabul y sus alrededores. En Afganistán, la OTAN asumirá los aspectos relativos a la planificación, supervisión, mando y control de la ISAF, según decidió el pasado abril el Consejo Atlántico, su máximo órgano político de decisión. El general alemán Götz Gliemeroth será el nuevo comandante de la ISAF, y estará secundado por el general canadiense Andrew Leslie.

Bajo mandato de la ONU

La llegada de la Alianza Atlántica a Afganistán no supondrá un cambio de la ISAF ni de la misión que tiene encomendada, pues seguirá estando bajo mandato de Naciones Unidas y sólo se modificarán los medios a través de los cuales la comunidad internacional realizará sus compromisos en el país. La participación de la OTAN en la ISAF, a la que aportará unos 4.700 militares, se decidió el pasado abril a petición de Holanda y Alemania, que hasta ayer dirigían la misión, y de Canadá, que será el próximo país en tomar el mando.

El actual mandato de la ISAF acabará en junio de 2004, cuando se celebrarán elecciones en Afganistán, según lo previsto en los acuerdos de Bonn, alcanzados en diciembre de 2001 tras la caída de los talibanes. La misión de la Alianza Atlántica en Afganistán será "una de las más duras", según reconoció el pasado julio su secretario general.

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Pese a la limitación geográfica de la misión, circunscrita a Kabul y sus alrededores, la OTAN buscará vías para asistir al Gobierno a controlar todo el país, para lo que se estará en contacto con los llamados "grupos provinciales de reconstrucción". La labor de dichos grupos, promovidos por Estados Unidos y el Reino Unido, es coordinar con las autoridades locales las labores de ayuda humanitaria y de reconstrucción en estrecha cooperación con las organizaciones no gubernamentales.

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