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La OTAN envía refuerzos a Kosovo ante el aumento de la tensión étnica

Serbios y albaneses han vivido una escalada de la violencia en los últimos días

La OTAN se dispone a enviar varios cientos de militares como refuerzos a Kosovo después de la escalada de violencia de la semana pasada entre serbios y albaneses, informaron este martes fuentes de la organización atlántica. Un batallón, en su mayoría formado por efectivos de Alemania y Austria, se integrará en las tropas internacionales de KFOR en los próximos días.

"El motivo del despliegue es para dar el relevo a los fuerzas que están implicadas actualmente en el mantenimiento de la seguridad", señaló Carmen Romero, una portavoz de la OTAN en Bruselas. "No es que la situación haya empeorado, pero las tropas de KFOR han estado muy activas en los últimos días y los responsables militares consideran que necesitan ser relevadas". Las fuerzas internacionales de KFOR están formadas actualmente por 6.000 militares.

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Sin embargo, un estudio publicado este martes por el Internacional Crisis Group, un prestigioso centro de análisis, asegura que Kosovo pasa un momento muy delicado y que la situación puede empeorar. El informe del ICG señala que se está creando la percepción en Kosovo de que existe una creciente división en la comunidad internacional, con la OTAN apoyando a las autoridades de Pristina mientras que la UE se muestra cada vez más crítica con el Gobierno local.

Hace una semana, Kosovo vivió los mayores momentos de tensión desde su independencia, en febrero 2008, cuando policías albanokosovares tomaron los dos puestos fronterizos que separan el norte de este territorio de Serbia. Al norte del río Ibar, la inmensa mayoría de la población es de origen serbio y la presencia de las fuerzas de Pristina es apenas testimonial.

Los incidentes comenzaron cuando las autoridades de Pristina trataron de detener la importación de bienes serbios a la zona norte de Kosovo como respuesta a la prohibición por parte de Serbia de las exportaciones de bienes kosovares. Poco después de que llegasen las fuerzas especiales de la policía albanokosovar, comenzaron los incidentes, que se prolongaron durante tres días a pesar de la intervención de las tropas de KFOR. Un policía de origen albanés murió por disparos y nacionalistas serbios quemaron uno de los dos puestos fronterizos.

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También se produjeron bloqueos de carreteras en el norte de Kosovo, que continúan pese a las reiteradas intervenciones de KFOR. El mediador de la UE, Robert Cooper, llegó este martes a Pristina después de haber mantenido reuniones en Belgrado para tratar de rebajar la tensión. La autoridades serbias acusaron este martes a las fuerzas occidentales de "tomar partido" en el conflicto. La KFOR impide en estos díasla entrada de camiones serbios en el norte de Kosovo porque no puede inspeccionarlos. Belgradoasegura que las tropas internacionales están bloqueando el envío de convoyes de alimentos a la población serbia, lo que puede provocar "una catástrofe humanitaria".

Serbia perdió el control de Kosovo en 1999, después de una campaña de 78 días de bombardeos para acabar con la limpieza étnica contra los albaneses por parte de las tropas del fallecido presidente Slobodan Milosevic. Este territorio, del tamaño de Asturias y que los serbios consideran la cuna de su religión y su cultura, cuenta con unos dos millones de habitantes, en un 90% albaneses. Muchos serbios lo han abandonado en los últimos años y actualmente se calcula que quedan unos 60.000 que siguen considerando a Belgrado como su capital y que se niegan a aceptar la independencia. La mayoría de los países de la UE -aunque no España- han reconocido a Kosovo, al igual que Estados Unidos.

El análisis del Internacional Crisis Group señala en su informe que las conversaciones entre Serbia y Kosovo, que tratan de solucionar problemas abiertos, como las aduanas, la electricidad o el control de fronteras, deben retomarse inmediatamente. "Tarde o temprano esas conversaciones deberán superar los asuntos meramente técnicos", asegura el análisis, que firma Sabine Freizer. "El estatuto de Kosovo sigue estando en el centro del problema y las dos partes tienen que encontrar una fórmula para resolverlo y establecer relaciones diplomáticas plenas". En caso contrario, la tensión puede seguir aumentando.

Un niño serbiokosovar observa a soldados eslovenos de la KFOR mientras pasea su perro por la localidad de Rudare.
Un niño serbiokosovar observa a soldados eslovenos de la KFOR mientras pasea su perro por la localidad de Rudare.MARKO DJURICA (REUTERS)

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