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Obama defiende los impuestos a los ricos y critica el bloqueo republicano

El presidente apoya la legalización del matrimonio gay aprobada en Nueva York

Antonio Caño

Acuciado ya por el calendario electoral, Barack Obama situó ayer la economía en el primer lugar de sus prioridades de Gobierno y recurrió a cierta retórica populista para culpar al obstruccionismo republicano en el Congreso y a los beneficios fiscales de los ricos de muchos de los problemas del país. El presidente advirtió, al mismo tiempo, que es urgente encontrar antes del 2 de agosto un acuerdo para evitar que Estados Unidos entre en suspensión de pagos.

Obama se refirió varias veces en su conferencia de prensa a los "propietarios de aviones corporativos" para aludir a los altos ejecutivos que se aprovechan de "los impuestos más bajos desde los años cincuenta", y dijo que sus hijas Malia, de 13 años, y Sasha, de 10, son más responsables a la hora de hacer sus deberes que el Congreso de EE UU, donde están bloqueadas varias iniciativas legislativas que, según el presidente, servirían para crear empleo y acelerar el crecimiento.

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Con estos argumentos y algunos algo más serios, Obama admitió que la economía, no Afganistán ni Libia, es la gran preocupación nacional cuando el país se acerca a la próxima campaña presidencial. Ayer mismo, el Fondo Monetario Internacional emitió un informe en el que alerta sobre la "debilidad" del crecimiento norteamericano, que no llega al 3%, y advierte también sobre las consecuencias del atolladero político en la negociación sobre la deuda.

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El presidente aseguró que, a partir del 2 de agosto, la Administración se quedará "sin instrumentos para hacer frente a los pagos pendientes". Para cumplir con esos compromisos, EE UU tendrá que asumir nueva deuda y para ello es preciso el visto bueno del Congreso. Los republicanos se niegan a darlo hasta que el Gobierno no se comprometa con una serie de recortes de gastos. Y el Gobierno, a su vez, acepta ciertos recortes pero quiere también aumentar los impuestos a los ingresos más altos. En ese conflicto se llevan consumidos ya varios meses, y aún puede prolongarse bastante tiempo más. Los republicanos creen que el límite del 2 de agosto es artificial, marcado por la Administración con el único propósito de asustar a la oposición y forzar un arreglo. El Gobierno lo desmiente. "Esto no es un problema técnico, es un problema de credibilidad de la mayor potencia mundial. Es urgente. Hay que pagar lo que ya hemos gastado", declaró Obama.

Detrás de ese debate, está el intento de ambas partes de presentar a los ciudadanos dos modelos distintos para superar la crisis económica. Los republicanos quieren masivos cortes del presupuesto público sin subir impuestos a nadie; los demócratas aceptan modestas reducciones de gastos y aumentos de impuestos a los ingresos por encima de los 250.000 dólares anuales y a las compañías de petróleo, que cuentan con ventajas especiales desde hace años por la naturaleza estratégica de su negocio.

Obama consideró que un acuerdo para rebasar el límite de la deuda es todavía posible antes de la fecha señalada por el Departamento del Tesoro y, aunque insistió en la que la responsabilidad mayor es de los republicanos, se mostró también dispuesto a hacer concesiones en materia de recorte de gastos. Si no hay un acuerdo pronto, el presidente sugirió que los congresistas suspendan sus vacaciones de agosto.

Con la guerra de Afganistán encarrilada y la crisis de Libia estancada, el presidente fue presionado a expresar una clara posición sobre el matrimonio homosexual. Dijo que la legalización de esas uniones decidida la semana pasada en Nueva York es "una buena cosa" y constituye un progreso hacia la meta de que "gais, lesbianas y transexuales sean tratados igual que cualquier otro ciudadano norteamericano". Pero no quiso emitir su opinión personal sobre esos matrimonios. "Por muchas veces que me preguntan voy a dar la misma respuesta hasta que dé otra respuesta, que no va a ser hoy", manifestó ante la insistencia de los periodistas.

Barack Obama, durante una conferencia de prensa.
Barack Obama, durante una conferencia de prensa.CHARLES DHARAPAK (AP)

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