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Obama pide al Congreso que no demore más el apoyo a su plan de reactivación económica

Una acción contundente, y rápida. Con este tono de urgencia el presidente electo Barack Obama pidió ayer al Congreso que apruebe "lo antes posible" su plan de estímulo económico, que incluirá medidas "drásticas" a corto plazo, pero que son necesarias para salir de esta "severa y profunda" recesión que, según advirtió, podría empeorar en los próximos años si no se actúa con la mayor celeridad. A 12 días de tomar el relevo en la Casa Blanca, Obama no ha parado de reunirse con los miembros del Congreso, sobre todo los del Partido Republicano, para sacar adelante su plan.

Obama hizo una defensa férrea del Gobierno como catalizador del crecimiento y del empleo, ahora que el sector privado está congelado. En este sentido, dijo que salir de la crisis no se logrará dejando pasar el tiempo o con acusaciones. "Cada día que esperemos, más estadounidenses perderán sus empleos. Más familias perderán sus ahorros. Más sueños se esfumarán".

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El demócrata, en un discurso en la Universidad de George Mason en Fairfax (Virginia), expuso a grandes rasgos la receta para salir de una recesión que dijo "no es un accidente de la historia", sino fruto de una "etapa de profunda irresponsabilidad". Su temor es que se pierda el "sueño americano" y la ventaja competitiva sobre la que Estados Unidos base su hegemonía global. El plan pretende movilizar 775.000 millones de dólares (565.000 millones de euros) en inversiones e incentivos fiscales para crear o salvar tres millones de empleos en dos años, reactivar el crédito y reactivar el consumo. La cifra no es definitiva y podría llegar a tocar los 1,3 billones. El coste, como reconoció, será "considerable" aunque "necesario" para romper con el círculo vicioso actual. "Vamos a invertir en lo que funciona", reiteró, garantizando que adoptará medidas para minimizar su impacto en las cuentas públicas, que afrontan un déficit superior a los 1,2 billones. Obama avisó de que su plan no resolverá todos los problemas. Por eso dijo que también hay que reforzar el sistema de supervisión financiera, para evitar abusos como los vistos en el mercado hipotecario o fraudes como el protagonizado por el inversor Bernard Madoff.

Obama reiteró su promesa de dar un nuevo rumbo a la política económica llevada por el aún inquilino de la Casa Blanca, George Bush. "No creo que sea tarde para un cambio, pero lo será si no adoptamos acciones enérgicas lo antes posible".

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