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La viuda de Palme testificará sin la presencia del acusado de asesinar a su marido

La comparecencia de Lisbet Palme ante el tribunal responsable del juicio por el asesinato de su marido, Olof Palme, quedó suspendida ayer y tendrá lugar un día aún no determinado, probablemente de la próxima semana. La viuda de Palme hizo llegar al tribunal el día anterior una carta planteando varias condiciones para comparecer, entre ellas que no estuviera presente en la sala el acusado.

La viuda de Palme pidió también que no hubiera espectadores ni periodistas en la sala y que sus declaraciones no fueran grabadas ni difundidas que condicionaban su comparecencia, motivó que prácticamente toda la mañana de ayer estuviera dedicada, por parte del tribunal, a la discusión de dicho planteamiento.Finalmente, se decidió por mayoría aceptar las condiciones con algunas variantes: el acusado no estará en la sala, sino en una habitación contigua, desde donde podrá escuchar lo que declare Lisbet Palme. El tribunal decidió que no habrá transmisión ni grabación de sus palabras pero habrá espectadores en la sala. Ésta fue la contrapropuesta de los jueces, que se ha visto ante una situación sin precedentes. La decisión del tribunal ha sido objeto de críticas por parte de juristas.

Durante la tarde declaró otro de los testigos que en anteriores interrogatorios había dado motivos para la creencia de la policía y los fiscales en la culpabilidad de Christer Petersson. Su declaración de ayer significó un nuevo revés para la tesis de la acusación. El testigo, un hombre de 48 años que ha estado preso por diversos delitos, entre otros asaltos a bancos, conoció a Petersson en la cárcel en 1969 y trabó amistad con él.

Testigo que se desdice

La acusación le atribuía haber dicho que Petersson odiaba a Olof Palme y haberse referido a la posesión de un revólver similar al que probablemente se utilizó en el crimen.Frente al tribunal, el testigo dijo no haber oído nunca palabras de odio contra el ex primer ministro en boca del acusado y no tener tampoco conocimiento de ningún arma. En declaraciones a la Prensa, este mismo testigo había pronosticado que "los fiscales también van a quedar disconformes conmigo". Relató además que cuando fue interrogado por la policía, se encontraba en dificultades económicas, algo que ésta sabía.

Según él, se le dijo que "si ayudaba, podría no sólo comprar una casa, sino todo el pueblo". Dijo también que le tomó simpatía al acusado en la cárcel por su actitud digna frente a los guardias y que a menudo cuidaba de sus niños y que en tales ocasiones siempre venía sobrio. "Ésta es la casa de tus niños y ellos están primero, por eso cuando vengo aquí estoy sobrio", le habría dicho Petersson.

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