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Tribuna:LA PAZ EN ORIENTE PRÓXIMO
Tribuna
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Actitudes antijudías en los países árabes

A pesar de la reivindicación árabe de que no pueden ser antisemitas, porque de hecho son semitas, se han comprometido, tanto en los medios de comunicación como en algunos de sus textos más eruditos, en una campaña antijudía que no difiere de otros ataques antisemitas clásicos. La postura, normalmente negativa, de los árabes hacia los judíos, el sionismo e Israel se deriva de tres fuentes:a) La actitud antijudía islámica tradicional que fue cultivada por el sagrado Corán y otros textos islámicos. Aunque las fuentes islámicas no están libres de una ambivalencia, debido a que algunos pasajes del santo Ebro casi llegan a elogiar a los judíos y su herencia, la mayor parte de éstos se inclinan de forma aplastante contra ellos. En el mejor de los casos, los judíos (igual que los cristianos) eran considerados como dhimmis (la gente protegida del libro), siempre que se sometieran a la soberanía superior del islam. Por consiguiente, la reunión de judíos en Israel, país considerado por los musulmanes como parte de su imperio islámico, es considerada como un reto intolerable a la supremacía de la fe musulmana.

b) El antisemitismo cristiano, que fue importado de Europa y adoptado en toda su extensión.- por los árabes. Dicha adopción incluye la descripción del judío como "usurero", la repetida publicación, patrocinada por el Gobierno, de los infames Protocolos de los ancianos de Sión y las calumnias de sangre que son difundidas en los medios de comunicación, en los escenarios y en los informes de investigación. Los principios adoptados del mundo europeo incluyen acusaciones de que los judíos, cubierta y abiertamente, organizaron una conspiración internacional cuyo propósito era destruir y finalmente dominar los sistemas culturales y socioeconómicos del mundo; están aliados a las fuerzas agresivas como el imperialismo y el colonialismo; controlan los medios de comunicación mundiales, los mercados monetarios y el ambiente político.

c) Muribién ha surgido una tercera categoría que evoluciona de forma rápida y paralela con las variaciones políticas del conflicto árabe-israelí. Se lanzan importantes campañas denigratorias contra los judíos siempre que se condena a Israel por algún acto que los árabes consideran adverso: el incendio premeditado de la mezquita de Aqsa (llevado a cabo por los cristianos australianos en 1969) fue imputado a la "inclinación innata que tienen los judíos" de desafío a la opinión mundial y con objeto de derrocar al islam; el ataque a Entebbe en 1976 (para liberar a los rehenes) fue atribuido a la indiferencia judía hacia la soberanía de otros; la guerra de Líbano en 1982 fue atribuida a -y mencionada como prueba de- la agresión judía y su alianza con el imperialismo, etcétera.

Condena enfática

Con frecuencia, los términos Israel, sionismo se intercambian en el uso cotidiano con los de judíos, judaísmo, gueto, pero el énfasis de la condena antijudía es el mismo. El ejemplo que nos llega de Kuwait lo prueba: "Estas bandas sionistas están compuestas por la peor basura de los países de Europa del Este... Esta gentuza reclama ser descendiente de Abraham, nuestro padre, y se vincula a él con una desfachatez que da asco... Los documentos del protocolo sionista constituyen la mayor conspiración mundial contra la humanidad... Vemos la total correspondencia entre el contenido del protocolo y sus planes, y el contenido del Torah y Talmud de los judíos" (artículo de Tarek al Haj, Al- Watan, Kuwait, 2 de septiembre de 1988). (Nota: no sólo la Prensa, sino también el Ministerio de Asuntos Religiosos de Kuwait, se dedican a propagar material antijudío).

Incluso cuando el sionismo no se menciona específicamente, los judíos son atacados por la Prensa árabe: "Porque negaron a Dios, Alá ha hecho que los judíos sean odiados por la humanidad en cualquier lugar de la tierra. Porque mintieron y levantaron falsos testimonios contra Alá y la humanidad, Alá les castigó con un decreto de pobreza y miseria, y, encolerizado, los apartó de su lado". (Artículo de Abdullali abd al-Waliab al-Abasi, Al-Riyadh, Arabia Saudí, 21 de noviembre de 1988.)

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Las autoridades saudíes también han recurrido abiertamente, en ocasiones, a un vituperante lenguaje antisemita. Por ejemplo, en un seminario de las Naciones Unidas en Ginebra (5 de diciembre de 1984) sobre el fomento del entendimiento, la tolerancia y el respeto en asuntos relacionados con la libertad de religión o creencias, el representante saudí, Ma'ruf Dawalibi, dijo, entre otras cosas: "¿Por qué los expulsó y esparció (a los judíos) Nebuchadnessar por todo el mundo? ¿Por qué quiso Hitler exterminarlos?... Porque se denominan a sí mismos la raza elegida y alegan que fueron elegidos por Dios entre todos los pueblos... El motivo de la opresión de los judíos desde al antigüedad hasta nuestros días es su creencia".

Mientras que algunas declaraciones antisemitas por parte de los árabes justificar¡ la matanza nazi de seis millones de judíos, otros niegan que el holocausto ocurriera en realidad, y afirman que es una invención de los judíos y sionistas. En el periódico jordano Saut al Sha'ab, Yusuf Abu Lil escribió en 1984 que el holocausto nunca tuvo lugar, que Hitier nunca ordenó la aniquilación del pueblo judío, y que los prisioneros de los campos de concentración eran mayormente prisioneros políticos no judíos y criminales. Los campos eran sólo de trabajo, no de muerte, y los prisioneros recibían un buen trato siempre que cumplieran las órdenes de Hitler. Los que fueron ejecutados por los nazis no eran judíos. Las historias sobre la tortura y el crimen en los campos de prisioneros, sobre las cámaras de gas y los crematorios, no son más que "propaganda sionista". Desgraciadamente, a pesar del tratado de paz con Israel, peroratas antisemitas han llegado a aparecer incluso en Egipto. Libros como La guerra de supervivencia entre el Corán y el Talmud y Los judios: objeto de la cólera de Dios, publicados en 1980-1981, fueron, según se ha dicho, los de mayor demanda durante la Feria del Libro de El Cairo, celebrada en febrero de 1981. En éstos, los judíos e Israel son calumniados y difamados del modo más cruel:

"La sociedad israelí es racista y hostil respecto a otras religiones... Los judíos afirman que... otros pueblos no son más que criaturas a las que se puede asesinar y sacrificar, cuya sangre puede derramarse y utilizarse para preparar el pan ázimo que los judíos comen en su Pascua..." (artículo de Famal Selem, Roz Al- Yousouf, 6 de agosto de 1987).

Controlar el mundo

"...El sionismo tiene una constitución escrita, y su nombre es el Talmud... (El Talmud) contiene una llamada a los judíos para que corrompan el mundo por medio del sexo, las drogas y la infiltración, la mezcla de razas mientras mantienen la pureza de la judía, la imposición de una mano de hierro sobre la economía mundial y los medios de comunicación para que sirvan al sionismo, cuyo fin, sencillamente, es el control del mundo... (artículo de Abd al-Salam Daud, Al-Akhbar, 26 de diciembre de 1987).

Las declaraciones antisemitas contra el Estado de Israel y los judíos no son excepciones aisladas dentro del mundo árabe. Lo más triste es que estas severas expresiones de aversión y fanatismo no son condenadas por los Gobiernos o por las comunidades artísticas e intelectuales de Oriente Próximo. Sin duda, estas manifestaciones, que hace tiempo deberían haber sido relegadas al basurero de la historia, no sirven a la causa de la paz. Sólo serviría un profundo cambio mental y cultural en el mundo árabe en relación a los judíos e Israel.

Raphael Israeli es profesor de Historia Islámica y de China en la universidad hebrea de Jerusalén.Traducción: Carmen Viamonte

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