El embrollo de la deuda
J. C. Una frase expresada el viernes por el presidente Carlos Andrés Pérez ante un grupo de periodistas extranjeros -"el agotamiento de nuestras reservas internacionales obligan a nuestro Gobierno a suspender el pago de nuestras obligaciones internacionales por un tiempo determinado"- desencadenó, debido a su difusión mundial por la agencia Reuter, una conmoción internacional con repercusión en Caracas.
Los telediarios de mediodía en Venezuela abrieron con esa información. El Gobierno venezolano reaccionó con nerviosismo a las noticias que llegaban rebotadas de fuera y se exigió a Reuter una rectificación. Curiosamente, en la transcripción taquigráfica de la entrevista de los periodistas con Pérez, que siempre facilita el Gobierno poco tiempo después, habían desaparecido las frases efectivamente pronunciadas por el presidente sobre el impago de la deuda.
Pérez no había hecho más que solemnizar lo que ya se practicaba desde hacía algunos días. Venezuela acaba de entregar una carta de intenciones al Fondo Monetario Internacional y está dispuesta a seguir un programa de ajuste económico, a pesar de la reciente explosión social. En esta situación Venezuela renegociará su deuda y las modalidades de pago, según sus posibilidades. Mientras, suspende algunos de ellos, pero no en actitud desafiante, sino por falta de divisas.
El Ministerio de Hacienda venezolano matizó ayer en este sentido con un comunicado que decía que "el negociador de la deuda por Venezuela, doctor Edgar A. Leal, negó enfáticamente que el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, haya suspendido pagos de la deuda externa, tal como lo reportó la agencia Reuter en el día de hoy". Según el comunicado, Leal confirmó que "no ha habido ningún cambio en la posición del Gobierno", que ya notificó al Comité Asesor de Bancos para Venezuela el pasado 1 de marzo de una "proposición de aplazamiento previamente enviada a la comunidad bancaria acreedora".
