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Reportaje:

Alto Huallaga: 'Narcos' y Sendero Luminoso

Los habitantes del Alto Huallaga, en la vertiente oriental de los Andes, conviven con el narcotráfico, Sendero Luminoso, puestos militares y una extremada pobreza. Esta geografía selvática prosperó cuando la hoja de coca de las 140.000 hectáreas sembradas se cotizaba alta. La cultivaban 200.000 y 800.000 vivían de ella, de una u otra manera. Al bajar los precios y hacerse más estricto el control aéreo, todo se vino abajo y muchos campesinos emigraron a las ciudades.En las lindes fronterizas. del Amazonas y el Putumayo peruanos, colombianos, a las órdenes de narcotraficantes patrullan los ríos en deslizadores y se matan entre ellos. Uno de los jefes es Vilder Alvarez, quien cuenta con una partida de cien sicarios y armas comprada las propias fuerzas del orden, cuyos bajos sueldos y precarias condiciones les hacen vulnerables. Un fusil AKM se cotiza allí a 1.500 dólares, y la bala a dos dólares.

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El 'cartel militar' de la cocaína en Perú

El terrorismo, la falta de programas alternativos de cultivos rentables, la desvertebración del poder civil y la gran corrupción completan en el Huallaga un panorama desolador. Enrique Wangeman, asesor del Programa Especial Alto Huallaga, destaca además lo pernicioso de la economía artificial instalada en aquellas tierras por el narcotráfico: "La siembra de la coca daba ganancias rápidas y todos se acostumbraron al dinero fácil, distorsionando la escala de valores y la mentalidad del agricultor". Las mafias de la coca siguen adelante y encuentran nuevas rutas, y no parece suficiente que la Fuerza Aérea peruana, en 1995, lograra interceptar 20 narcoavionetas y dinamitara 13 pistas clandestinas.

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