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Pakistán detiene al supuesto cerebro del ataque a Bombay

India reclama la extradición de Lakhvi, capturado en Cachemira y líder de un grupo islamista ilegalizado

Ángeles Espinosa

Pakistán ha detenido a Zaki-ur-Rehman Lakhvi, al que India acusa de haber ordenado los ataques de Bombay y de ser uno de los responsables del ilegalizado grupo islamista radical Lashkar e Toiba. Su captura, filtrada ayer a la prensa pero no confirmada oficialmente, debe contribuir a rebajar la tensión entre ambos países. No está claro, sin embargo, que India se conforme con ese gesto, y el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari, afrontaría una revuelta interna si aceptara extraditarle.

La detención de Lakhvi se produjo en la noche del domingo al lunes en el asalto a un campo de desplazados cerca de Muzaffarabad, la capital de la Cachemira bajo Administración paquistaní, según informaron a los medios de comunicación locales tanto fuentes oficiales como cercanas a Lashkar e Toiba. El Ejército rodeó el campamento, gestionado por una organización caritativa considerada una pantalla de ese grupo, y detuvo a entre 5 y 16 personas, según las fuentes. Los residentes de la zona vieron actividad militar y oyeron explosiones.

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"Las fuerzas paquistaníes han atacado nuestros campamentos en Muzaffarabad bajo la presión de India y Estados Unidos", dijo por teléfono satélite un portavoz de Lashkar e Toiba a Reuters. También rechazó cualquier conexión con los ataques de Bombay. Según los investigadores indios, el único terrorista capturado vivo, Ajmal Amir Kasab, fue adoctrinado por Lashkar e Toiba y fue entrenado en una base de ese grupo en Pakistán.

Aunque las autoridades de Islamabad mantuvieron silencio, el Ejército emitió ayer un comunicado en el que reconoce que está llevando a cabo una "operación contra grupos militantes prohibidos". "Ha habido detenciones y las investigaciones continúan", aseguraba el texto.

India y EE UU han presionado a Pakistán para que actúe ante las acusaciones y el Gobierno de Nueva Delhi incluso ha exigido que le entregue a una veintena de sospechosos. Pero es improbable que Islamabad extradite a Lakhvi u a otro islamista. No sólo ambos rivales nucleares carecen de un tratado de extradición, sino que las seguras protestas de islamistas y nacionalistas pondrían en un brete al débil Ejecutivo de Zardari.

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Además, los servicios secretos paquistaníes (ISI) ayudaron a fundar Lashkar e Toiba y otros grupos similares en los años ochenta para luchar contra India en Cachemira. Esto dificulta una completa transparencia, y lleva a algunos observadores a interpretar la detención de Lakhvi como una mera puesta en escena. The New York Times aseguró ayer que el ISI había seguido permitiendo que Lashkar entrenara y recaudara fondos incluso después de su ilegalización en 2002, a raíz del atentado contra el Parlamento indio de diciembre de 2001 del que se le responsabilizó. De momento, no se ha probado ningún vínculo entre el ISI y los atentados de Bombay.

Lakhvi, en junio pasado.
Lakhvi, en junio pasado.
Policías paquistaníes patrullan un mercado en la ciudad de Multan.
Policías paquistaníes patrullan un mercado en la ciudad de Multan.AP

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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