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La carrera hacia la Casa Blanca

Palin: "Obama se junta con terroristas"

La candidata republicana a la vicepresidencia endurece el tono de la campaña

Juan Jesús Aznárez

La incomodidad de John McCain en los debates sobre la crisis económica es tan manifiesta, y su derrota en los sondeos tan preocupante, que Sarah Palin recondujo la campaña republicana hacia los derroteros del ataque personal y, en una primera andanada de distracción, acusó al candidato demócrata, Barack Obama, de "juntarse con terroristas".

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La incomodidad de John McCain en los debates sobre la crisis económica es tan manifiesta, y su derrota en los sondeos tan preocupante, que Sarah Palin recondujo la campaña republicana hacia los derroteros del ataque personal y, en una primera andanada de distracción, acusó al candidato demócrata, Barack Obama, de "juntarse con terroristas".

La candidata a la vicepresidencia de EE UU distorsionó una historia publicada en primera página por el diario The New York Times para ligar a Obama con William Ayers, profesor universitario en Illinois y fundador de Weather Underground durante la guerra de Vietnam (1958-75), un grupo que promovió atentados contra el Pentágono y el Capitolio en los setenta. Las conclusiones de Palin no fueron las del diario: Ayers, de 63 años, y Obama, de 47, fueron vecinos en Chicago, compartieron trabajo comunitario, se vieron de pasada y no eran amigos, ni cómplices en el activismo antisistema. El senador de Illinois tenía ocho años cuando se cometió el peor atentado de Weather Underground.

El nuevo rumbo republicano tiene su explicación. Los estrategas de su candidato llegaron a la conclusión de que la insistencia en presentarle como un héroe de Vietnam, un rebelde contra la burocracia política de Washington y un experimentado legislador no eran virtudes suficientes para acortar distancias con Obama, que gana terreno en feudos tradicionalmente republicanos. "A partir de ahora vamos a ser más agresivos. Vamos a cuestionar sus contactos y relaciones personales", confesó uno de sus asesores a The Washington Post.

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El primer ataque directo corrió a cargo de Palin, que retomó un cargo mencionado hace varios meses por McCain. "Hay un momento en el que es necesario quitarse los guantes y ese momento es ahora", dijo la candidata en una concentración en Carson (California). "Nuestro rival es alguien que ve a EE UU, parece, como algo tan imperfecto, tan suficientemente imperfecto que se junta con terroristas que atacarían a nuestro propio país".

La candidatura del senador de Arizona se adentró en el cuerpo a cuerpo, porque le resulta difícil batir a Obama en los careos sobre el descalabro financiero, el gran tema nacional, asociado al impopular Gobierno de George Bush. La crisis revolucionó la agenda electoral y ha exigido la aprobación parlamentaria de un plan de rescate de 700.000 millones de dólares (casi medio billón de euros) para insuflar oxígeno al sistema financiero, descalabrado por las hipotecas basura. "El equipo McCain-Palin llevó a su desacreditada, deshonrosa campaña un paso desesperado más allá, anunciando que iban a intentar 'pasar página a esta crisis financiera' y lanzar más ataques personales sobre el senador Obama", reaccionó el portavoz del demócrata, Hari Sevugan. "En lugar de ofrecer soluciones para los estadounidenses trabajadores y las familias que se enfrentan a una economía defectuosa, han ofrecido más política de cloaca y ataques falsos".

La maniobra de distracción fue recibida fervorosamente por el electorado republicano incondicional, pero difícilmente seducirá al grueso de los votantes indecisos, más pendientes de los mensajes positivos, y de las propuestas sobre la subida o bajada de impuestos, que atentos a las amistades peligrosas de Obama. Es lógico que sea así después de haber escuchado durante dos semanas que su país corre el riesgo de entrar en recesión y perder millones de negocios y de trabajos. El factor determinante en la intención del sufragio sigue siendo el económico, y la relación de Obama y Ayers no pasa de ser una "trivialidad", según los demócratas.

Los dos protagonistas de la polémica fueron vecinos en Chicago y volvieron a verse cuando Obama disputó un escaño en el Senado, a principios de los noventa. "No parecen haber tenido una relación estrecha y Obama nunca expresó simpatía por los puntos de vista extremistas y los actos de Ayers", según el Times. No obstante, grupos de apoyo a McCain aprovecharon para meter miedo con cuñas televisivas y por Internet que asocian, casi delictivamente, a Obama y Ayers, y lo presentan como una suerte de cómplice de Tony Rezko, hombre de negocios de Illinois procesado por corrupción y catecúmeno del pastor radical Jeremiah Wright. "Los atentados del 11-S fueron provocados por el terrorismo estadounidense", afirmó el reverendo en un sermón.

Sarah Palin, durante un acto de campaña en Carson (California).
Sarah Palin, durante un acto de campaña en Carson (California).AFP

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