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"Pensábamos que nos iban a matar a balazos"

El guía turístico de los secuestrados en Egipto relata su experiencia en el desierto

"Hubo mucho jaleo y tensión, nosotros pensábamos que nos iban a matar a balazos". El guía turístico Ahmad Andel Menaem conserva fresco el recuerdo de las últimas 48 horas en las que él y sus compañeros (11 turistas europeos y ocho ciudadanos egipcios) han pasado de ser rehenes a recuperar su libertad tras su rapto el pasado 19 de septiembre en Gilf al Kabir, una zona remota del suroeste de Egipto. "Anteayer, un grupo de los secuestradores salió de guardia por la noche, cerca de la frontera sudanesa, y nos dijeron que hubo un tiroteo con la guardia fronteriza de Sudán", ha contado Menaem en una entrevista telefónica.

Sin embargo, los raptores en vez de matarlos salieron huyendo en tres coches de los rehenes, a quienes les ordenaron que se marcharan y les cedieron un vehículo con GPS. "Como nos dejaron sólo un coche pusimos la comida, la bebida y las maletas arriba (en la baca) -siguió Menaem-. Cuatro de los egipcios iban encima de todo eso, y los otros quince miembros del grupo iban dentro del coche, porque no queríamos dejar a nadie allí y buscamos una manera de que todos cupieran". En él viajaron alrededor de 200 kilómetros, una noche entera, hasta que a las diez de la mañana encontraron un campamento del ejército egipcio en la frontera.

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En cuanto a sus secuestradores, Menaem ha comentado que pasaron dos días sin dirigirles la palabra. También ha informado de que eran unos 40, "hablaban un idioma raro, eran negros y con nosotros hablaban pocas palabras en árabe y con acento, lo único que nos decían era que bajáramos o subiéramos del coche o que querían dinero".

Los captores "se quedaron con todo el dinero que teníamos los egipcios y extranjeros y con todos los equipos tecnológicos -cámaras, teléfonos y GPS-", ha explicado Menaem.

Ambigüedad oficial

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Las contradicciones y la ambigüedad oficial han marcado los diez días de un secuestro que, según la versión de los responsables egipcios y sudaneses, se ha saldado sin pagar un rescate y gracias a una operación de seguridad.

Los secuestradores "querían cobrar al principio seis millones de dólares, después lo bajaron a cinco y al final quedaron con los negociadores en cobrar dos millones de dólares", ha apuntado Menaem. Sin embargo, no aclaró si al final se pagó o no el rescate.

"Parece que después de los combates entre los captores y las fuerzas sudanesas en los que murieron varios de los secuestradores, el resto tenía miedo de correr el mismo riesgo, por lo que nos dejaron y se fueron, especialmente porque aparentemente uno de los secuestradores muertos eran su líder", ha afirmado Menaem.

Menaem, "cansado después del viaje", ha confesado que éste era su primer viaje como guía por el desierto, aunque ha asegurado que tras esta experiencia seguirá trabajando en turismo, eso sí, "por zonas más seguras".

Dos de los egipcios secuestrados en el desierto se abrazan a sus familiares después de recuperar la libertad
Dos de los egipcios secuestrados en el desierto se abrazan a sus familiares después de recuperar la libertadAP

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