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La lucha contra el terrorismo

El Pentágono desembarca en África

EE UU pone en marcha un mando militar para combatir a Al Qaeda en el continente

El Pentágono contará el próximo 1 de octubre con un nuevo mando militar que se añadirá a los cinco ya existentes. Los mandos europeo, pacífico y central cederán entonces la supervisión de las operaciones militares estadounidenses en África al general William Kip Ward. En principio, el ya bautizado como Africom se centrará en combatir el terrorismo islamista y en organizar operaciones de ayuda humanitaria. El problema es que lo que al presidente George W. Bush le pareció en su día "la gran oportunidad de llevar la paz y la seguridad a la gente de África" ha acabado siendo un gran dolor de cabeza para la Casa Blanca y el Pentágono.

El proyecto se ha convertido en un dolor de cabeza para la Casa Blanca
La sede se instalará en Alemania por las reticencias de los países africanos
La gran mayoría de ONG se opone a Africom y recela de sus objetivos
Washington planea crear 1.300 empleos para el nuevo mando en 2009
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Después de una serie de exhaustivas negociaciones con dirigentes de países afines a Washington, como John Kufuor de Ghana o Menes Zelawi de Etiopía, la sede central de Africom se instalará fuera del continente, en Stuttgart (Alemania).

El pasado 19 de febrero, el portavoz de Africom, Vince Crawley, disipó las dudas sobre la localización del cuartel general anunciando que los empleados de esta unidad del Ejército se quedarían en Europa, en el complejo que alberga al mando europeo. "El debate de dónde va a estar la sede central ha sido tan animado y tan peliagudo que está empezando a interferir en nuestros programas", dijo el portavoz.

El secretario de Defensa, Robert Gates, anunció la creación de este nuevo mando en febrero de 2007. Puso así en práctica la voluntad de su predecesor, Donald Rumsfeld, de llevar África al primer plano de la lucha antiterrorista.

Los meses pasaron y sólo un país, Liberia, se ofreció a albergar la sede de Africom. Fue una excepción. El resto de naciones africanas o se opuso o ignoró las peticiones de Washington. Nigeria, Libia y Botsuana rechazaron incluso la idea de que se construyera el cuartel general en suelo africano, idea que subrayó públicamente el ministro de Defensa surafricano, Mosiuoa Lekota.

Entre los argumentos más repetidos por oficiales de estos países reticentes figuraba el de que EE UU sólo quiere explotar los recursos minerales y petrolíferos del continente. África Occidental proporciona un 15% del petróleo que EE UU importa cada año. Se calcula que en el plazo de siete años esta cifra crecerá hasta el 25%.

Más adelante llegaron las sospechas de que el Ejército pudiera estar planificando la creación de una red de bases militares en África. En este momento hay unos 2.400 soldados estadounidenses en suelo africano, sobre todo en Yibuti. Es ahí donde está la única base de EE UU en África, aunque dispone de oficinas de seguridad en varios países.

Durante una gira por el continente, en enero, Bush tachó estos reproches de "chorrada". "Nuestra intención no es construir bases militares", dijo. "Como decimos en Tejas, es una gilipollez", recalcó.

La oposición a Africom no se cree demasiado estas afirmaciones. Decenas de ONG y grupos de ayuda humanitaria de Washington han comenzado una campaña en contra de lo que tachan de "un paso adelante en la militarización" del continente. Éstas son las palabras con las que saludaba al nuevo mando el actor Danny Glover y la activista Nicole C. Lee, ambos dirigentes del Foro TransAfrica. Escribieron en un artículo en la revista The Nation: "Una mayor presencia militar estadounidense en África seguirá el patrón de explotar los recursos mientras se planea ayudar a diversas facciones que se encuentran sumidas en sangrientos conflictos desestabilizando".

Estos grupos de oposición a la iniciativa militar se han organizado en una campaña bautizada como Resist Africom. Entre sus principios fundacionales figura "combatir el nuevo cambio en la política exterior de EE UU [con relación a África], según el cual el énfasis se pone en la defensa y no en la diplomacia".

En EE UU, el Estado depende en gran medida de organizaciones civiles independientes a la hora de lanzar operaciones de ayuda humanitaria. Son las ONG las que aportan personal sanitario, medicamentos, comida y educadores dispuestos a viajar a África. El hecho de que la gran mayoría de las que tienen relaciones con ese continente estén en contra del nuevo mando es una mala noticia para el Gobierno que puede dificultar las misiones humanitarias que tenga la intención de desarrollar.

Las cifras que rodean el nacimiento de Africom confirman esta aura de desinterés. Tal y como reveló el diario The Washington Post, los planes del Gobierno pasan porque Africom cuente en 2009 con 1.300 empleados. El Pentágono confía, además, en que Africom efectúe una labor de inteligencia sobre las células durmientes islamistas en el Magreb, el Cuerno de África y países de mayoría musulmana.

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