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La lucha contra el terrorismo

Petraeus cuestiona la salida de Afganistán

El comandante de EE UU y de la OTAN cree que la retirada prevista por Obama para julio de 2011 debe supeditarse a los avances en la guerra contra los talibanes

Seis semanas después de haber tomado posesión de su cargo como comandante al mando de las tropas estadounidenses en Afganistán, el general David Petraeus emitió ayer su primera estimación de la marcha de aquel conflicto, asegurando que la nueva estrategia contrainsurgente está ofreciendo resultados moderadamente positivos y pidiendo flexibilidad en el plan de retirada militar del país, que el presidente Barack Obama ha fijado para el verano de 2011.

"El presidente y el vicepresidente Biden lo han dicho muy claro: hay una fecha en la que el proceso comenzará, pero dependerá también de las condiciones que se den. Según lo vayan permitiendo esas condiciones, les transferiremos nuestras responsabilidades a nuestros aliados afganos, a las fuerzas de seguridad, a las diversas instituciones gubernamentales. Todo eso, cuando las condiciones permitan el comienzo de una retirada responsable de nuestras fuerzas", dijo el general en una entrevista en el programa Meet the press, de la cadena NBC.

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De ese modo, Petraeus, que recordó expresamente que él no es un político y que decisiones últimas como la de la fecha de retirada le atañen a la Casa Blanca, pidió que el ritmo de salida quede a merced de los éxitos militares contra Al Qaeda y los talibanes. El general dijo que solo ahora, tras nueve años de presencia militar estadounidense, comienzan a verse mejoras claras y moderadas en el frente de guerra afgano, gracias a un nuevo enfoque contrainsurgente.

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En diciembre, cuando estaba a punto de poner fin a la guerra de Irak, el presidente Obama ordenó un aumento de 30.000 soldados en la misión de Afganistán. A finales de julio había 87.000 militares de servicio en aquel país y se espera que, llegado septiembre, ese número se incremente hasta 96.000. Petraeus y otros líderes militares han pedido tiempo para que ese aumento se haga notar en la estrategia contra los radicales islamistas, cuyo objetivo es derrocar al Gobierno del país.

En principio, el incremento del despliegue en Afganistán respondía a un cambio de estrategia asumido por el predecesor de Petraeus, el general Stanley McChrystal. Este, sin embargo, fue destituido en junio por orden de Obama, después de conceder una entrevista a la revista Rolling Stone en la que decía estar decepcionado con el presidente y se mofaba de Joe Biden. Obama le sustituyó por Petraeus, el prestigioso militar al que George Bush le encargó organizar el exitoso cambio de estrategia en Irak.

En este año de elecciones, diversos líderes demócratas en el Congreso -como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi- le han exigido a Obama un plan detallado de salida de Afganistán. Indirectamente, Petraeus pidió ayer paciencia a esos políticos. Explicó que la labor militar no termina con ganar una guerra, sino con dejar un país apuntalado, con instituciones sólidas.

"Será un esfuerzo gradual, un esfuerzo deliberado", dijo el general. "No hay que pensar en ello como si se tratara de ganar terreno en una colina o plantar una bandera para clamar victoria. Al contrario, es más bien una cuestión de trabajo duro".

Petraeus se reúne a diario, y muchas veces en más de una ocasión al día, con el presidente afgano, Hamid Karzai, con la intención de convertirlo en un aliado firme y capaz de asumir el gobierno de su país en solitario. Además, ha prolongado las órdenes de su predecesor de acabar con los ataques aéreos sobre supuestos enclaves terroristas, para evitar la muerte de civiles.

Aun así, el número de muertes civiles en esa guerra se ha disparado, según un informe de Naciones Unidas publicado la semana pasada. En los seis primeros meses de 2010 fallecieron 1.271 ciudadanos, en su mayoría en atentados perpetrados por Al Qaeda o los talibanes.

A pesar de ello, el general se mostró ayer como un pragmático. Aseguró que estaría dispuesto a sentarse a negociar con líderes rebeldes, incluso con aquellos "que tengan las manos manchadas de sangre". Recordó que EE UU apoyaría la reintegración en el proceso de construcción nacional de aquellos insurgentes que dejen de operar al dictado de los talibanes, que, según recordó, "operan no desde Afganistán, sino desde atrás, desde Pakistán".

En la entrevista, Petraeus trató también otros temas. Descartó cualquier ambición por llegar a la Casa Blanca y dijo que capturar a Osama Bin Laden es todavía una prioridad para el Pentágono.

El general David Petraeus pasa revista a una guardia de honor en Kabul en noviembre de 2008.
El general David Petraeus pasa revista a una guardia de honor en Kabul en noviembre de 2008.REUTERS

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