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La policía detiene a casi un millar de caucásicos y ultranacionalistas en Moscú

La explosión de violencia que sorprende y atemoriza a los moscovitas tiene su origen en la muerte el 6 de diciembre de un hincha futbolístico.- Cerrada la plaza Roja

Pilar Bonet
Policías antidisturbios, desplegados en los alrededores del Kremlin.
Policías antidisturbios, desplegados en los alrededores del Kremlin.AP

Miles de agentes antidisturbios (OMON) tomaron este miércoles puntos estratégicos en Moscú, cerraron los accesos a la plaza Roja y detuvieron a cerca de mil personas para prevenir enfrentamientos masivos entre grupos (nacionalistas rusos y caucásicos), dispuestos a continuar la pelea que el pasado sábado paralizó el centro de la capital. Según la agencia Ria-Novosti, 30 personas resultaron heridas.

Durante el día hubo escaramuzas en lugares como las inmediaciones de la estación Kiévskaya y el Ministerio de Exteriores así como del parque Gorki, entre otros. Por la noche, el OMON perseguía a pandillas de exaltados en el metro, ya que resultaba imposible moverse en los gigantescos atascos de tráfico. En San Petersburgo se han registrado 80 detenciones destinadas a impedir una concentración del mismo carácter que la de Moscú.

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En la capital rusa, los agentes hacían guardia desde la mañana en los alrededores de la estación ferroviaria Kiévskaya, el principal escenario de las convocatorias anunciadas por Internet. Allí se han registrado escaramuzas entre miembros de los dos bandos polarizados por estereotipos culturales y étnicos, que merodeaban en pequeños grupos. El centro comercial Evropeiski, considerado el mayor del continente, tuvo que ser cerrado por la tarde tras una amenaza de bomba y cerrados quedaron también otros establecimientos como bares y comercios. La policía escoltaba a sus domicilios a los forasteros que trabajan en obras en el centro de la capital.

Explosión de violencia

La explosión de violencia que sorprende y atemoriza a los moscovitas tiene su origen en la muerte el 6 de diciembre de un hincha futbolístico, un ruso, en una pelea con un ciudadano oriundo del Kabardino-Balkaria (zona rusa del Cáucaso). La fiscalía dejó en libertad al presunto homicida, lo que desató en otros hinchas un malestar que fue en aumento hasta transformarse en afán de venganza. Ayer, en Nálchik, la capital de de Kabardino-Balkaria, fue asesinado el jefe de la comunidad musulmana local, Anás Pshijáchev. Los asesinos fueron dos individuos que dispararon contra él en la calle, según la agencia Interfax.

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Los acontecimientos concretos revelan problemas que se han ido acumulando durante muchos años, tales como la degradación del sistema educativo, la falta de preparación de las autoridades para luchar contra el extremismo y el racismo, la corrupción, las complicidades entre la policía, los trabajadores ilegales y emigrantes clandestinos. Un sector de la sociedad rechaza a los ciudadanos rusos de origen caucásico y por extensión a otros grupos étnicos ya sean del Cáucaso (azerbaiyanos, armenios y georgianos) o de países de Asia Central.

Se calcula que en Rusia viven cinco millones de inmigrantes, la mayoría ilegales. Entre los jóvenes detenidos los había que iban armados con objetos punzantes, armas neumáticas, palos, e incluso un sable de samurai, según la agencia Ria-Novosti. El portavoz del ministerio del Interior, Víctor Biriukov, dijo estar "desalentado" por la gran cantidad de menores de edad entre ellos. Los líderes de diversas comunidades religiosas, desde la Iglesia Ortodoxa a la comunidad islámica, hicieron llamamientos a sus respectivos fieles para que no se dejaran provocar.

Causas

Mientras tanto, los intelectuales debaten sobre las causas del aumento del nacionalismo y parte de ellos acusa a la Administración presidencial, por haber apoyado y utilizado a grupos juveniles radicales en contra de los sectores democráticos prooccidentales. El político liberal Borís Nadezhdin escribía en su blog que los dirigentes del Estado tienen una responsabilidad por el auge del nacionalismo, al haber luchado con éxito durante diez años con los liberales y los defensores de los derechos humanos, por ver en ellos la principal amenaza para la estabilidad.

Los dirigentes rusos son también responsables, en opinión de Nadezhdin, de haber creado una atmósfera de desconfianza contra los forasteros y los que disienten y por buscar enemigos interiores y exteriores. Nadezhdin dijo que había expresado estas opiniones en un programa televisión del canal NTV (perteneciente a Gazprom) que fue censurado.

Por su parte, el jefe del consejo de derechos humanos adscrito al presidente, Mijaíl Fedótov, considera que los enfrentamientos entre radicales nacionalista y forasteros en Moscú han sido planeados y organizados a propósito. "Alguien necesita aventar la tensión para que en el país se produzca una oleada de violencia", dijo Fedótov a la agencia Interfax. Mientras tanto, Serguéi Sobianin, el nuevo alcalde de Moscú, ha manifestado a los embajadores extranjeros que Rusia y Moscú quieren realizar el mejor campeonato del mundo de fútbol de la historia en 2018 y organizar una fiesta que sea recordada por su brillantez. Moscú, dijo, ha comenzado ya a prepararse para el acontecimiento.

Policías rusos detienen a un joven en Moscú, durante la operación para evitar el choque entre utranacionalistas y caucasianos.
Policías rusos detienen a un joven en Moscú, durante la operación para evitar el choque entre utranacionalistas y caucasianos.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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