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Polonia pretende emplear a 20.000 presos para construir estadios y carreteras

El Gobierno polaco debe mejorar las infraestructuras para la Eurocopa de fútbol de 2012

Polonia y Ucrania organizarán conjuntamente la Eurocopa de fútbol del año 2012. Pero no tienen ni estadios decentes, ni autopistas que comuniquen entre sí las cuatro ciudades que en cada país van a acoger los partidos, ni hoteles suficientes, ni la mano de obra necesaria. La fecha está relativamente cerca, y a grandes carencias, grandes remedios. Las autoridades polacas se proponen movilizar a unos 20.000 presidiarios para construir las infraestructuras necesarias de lo que se ha considerado siempre como un reto a escala mundial.

"Estamos celebrando consultas" sobre el recurso a tan singular mano de obra, ha señalado esta semana el número dos del Servicio de Prisiones de Polonia, Pawel Nasilowski, en una conferencia dedicada a la rehabilitación de la nutrida colonia penal polaca, que ronda los 85.000 internos. "Hay que dar por supuesto que los presos seguirán bajo custodia cuando estén fuera de la cárcel", agregó a modo tranquilizador. También aseguró que los reclusos serán trasladados en coches debidamente vigilados hasta sus puestos de trabajo.

En la actualidad, uno de cada tres presos polacos realiza trabajos de distinto tipo. No fue posible ayer recabar más detalles sobre los planes del Gobierno, que podrían afectar a unas 20.000 personas, voluntarios que ganarían remisión de pena por su contribución a lo que en Polonia se ve como uno de los más brillantes momentos de la historia nacional.

La concesión el pasado mes de abril de la organización de la Eurocopa de 2012 ya fue vivida como un gran, e inesperado, éxito por una Polonia que disputaba en tándem con Ucrania el concurso a una Italia que, como siempre ocurre en el mundo del fútbol, sonaba a favorita, y a otra pareja, Croacia-Hungría. "Es un hito en la historia de los dos países eslavos", sentenció, eufórico y maximalista, el presidente de la Federación Polaca de Fútbol, Michal Listkiewicz. El seleccionador nacional, el veterano Leo Beenhakker, hombre acostumbrado a vivir en función de los resultados, puso el dedo en la llaga: "Ahora les toca a los Gobiernos y a las federaciones cumplir sus promesas en los próximos cinco años y llevar a cabo las mejoras necesarias".

La selección polaca tuvo un decepcionante papel en el pasado mundial de fútbol de Alemania y Beenhakker prometió, al ser contratado en el pasado mes de diciembre, que recuperaría los ánimos del equipo para la Eurocopa de 2008. Don Leo va cumpliendo y ya ocupa el liderazgo en su grupo de clasificación.

800.000 emigrantes

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Ahora le toca al Gobierno. El seleccionador lo tiene relativamente fácil, con materia prima de talento como el portero del Liverpool, Dudek, pero el Gobierno se encuentra con que no tiene trabajadores suficientes para salir airoso. Las cifras de polacos en el exterior varían según las fuentes, pero la ministra de Trabajo y Política Social, Anna Kalata, acaba de decir que "alrededor de 800.000 polacos han salido del país para trabajar en otros países de la Unión Europea. Hay fuertes desajustes en nuestro mercado laboral". Kalata habló hace unos días al respecto en Nueva Delhi, donde firmó un acuerdo para permitir la llegada de trabajadores indios a Polonia. "La necesidad de mano de obra es más acuciante en el sector de la construcción, dado que vamos a tener que construir varios estadios para la Eurocopa", reconoció la ministra.

Da idea del desafío el hecho de que Polonia sólo haya podido construir algo más de 600 kilómetros de autovías desde 1987. Ahora al menos, junto a los presos, cuenta con el viento a favor de la bonanza económica y financiera que supone pertenecer a la Unión Europea. En las carreteras polacas, peores cuanto más al este del país, la media de recorrido en coche ronda los 75 o los 80 kilómetros a la hora. Los trenes están a la altura.

En infraestructuras será imposible competir con Alemania, pero una reciente visita de un comité parlamentario polaco al país vecino concluyó con la idea de que los germanos, como organizadores, representan un buen espejo en el que mirarse. "Queremos que la experiencia alemana nos sirva de ayuda", ha dicho uno de los viajeros.

Presos de la cárcel de Gdansk siguen por televisión el funeral de Juan Pablo II, en abril de 2005.
Presos de la cárcel de Gdansk siguen por televisión el funeral de Juan Pablo II, en abril de 2005.AFP

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