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Escándalo en Reino Unido

Practicada la autopsia para hallar la causa de la muerte del periodista que destapó el caso

Los forenses practicaron ayer la autopsia al cadáver de Sean Hoare, el antiguo reportero de The Sun y News of the World que destapó el escándalo de las escuchas y fue hallado muerto en su domicilio londinense en la mañana del lunes. Aún no se conocen las causas de la muerte, considerada por la policía "inexplicable aunque no sospechosa".

El periodista de The New York Times Don Van Natta Jr escribía el lunes en su twitter: "RIP Sean Hoare. Jo Becker y yo cenamos con él, el martes pasado por la noche. Estaba enfermo pero desafiante y divertido. Y sin lamentos. Todo coraje". Durante esa cena, Hoare dio nuevos detalles sobre los métodos de trabajo de News of the World, incluido el uso de la tecnología de la policía para localizar físicamente a las personas a través de las señales que emiten sus móviles. Según Hoare, los periodistas pagaban a los agentes por hacerse con esta capacidad de rastreo 300 libras (342 euros).

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Nick Davies, el periodista de The Guardian que lleva años investigando el espionaje telefónico, también destaca el coraje de quien fue el primero, con nombre y apellidos, en denunciar que Andy Coulson, exdirector de News of the World y entonces consejero de Comunicación del primer ministro Cameron, no solo sabía de las escuchas sino que fue quien le apremió a utilizarlas.

Reportero de espectáculos, Hoare contó a Davies que el espionaje telefónico formaba parte de la política del periódico, que lo mismo pagaba por drogas que por corromper agentes, porque no importaba el medio utilizado sino conseguir un titular. "Me pagaban para que saliera y me drogara con estrellas del rock -para emborracharme, tomar pastillas y esnifar cocaína con ellas", dijo Hoare, que fue despedido por problemas de alcohol y drogas, problemas que adujeron distintos periodistas para indicar que su denuncia no tenía credibilidad.

Hoare nunca negó su adicción: "Empezaba el día con el desayuno de las estrellas del rock, una raya de cocaina y un Jack Daniels". Reconoció que los tres gramos diarios de cocaína que consumía le costaban mil libras a la semana. Según Davies, Hoare debió de aterrorizar con su denuncia al mundo periodístico, porque se drogó y bebió con muchos de los periodistas más poderosos de los tabloides del Reino Unido.

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Sean Hoare.
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