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Putin apoya a Kuchma para convocar nuevas elecciones en Ucrania

Los dos presidentes discrepan de Yúshenko, que quiere una 'tercera vuelta' sin más candidatos

Pilar Bonet

Los protagonistas de la crisis política de Ucrania comenzaron ayer a fijar sus posiciones para la futura convocatoria a las urnas antes incluso de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la denuncia de fraude en las elecciones presidenciales, presentada por Víktor Yushenko. Desde Moscú, adonde realizó una visita relámpago, el presidente Leonid Kuchma, con el apoyo del líder ruso, Vladímir Putin, expresó su discrepancia con Yúshenko sobre la forma de convocar de nuevo a los ciudadanos.

En Kiev, Yúshenko insistió en que la única salida admisible para él es una nueva vuelta, es decir, una tercera, que le enfrentaría con el mismo rival que en la segunda, Yanukóvich.

"Si el árbitro no puede decidir el ganador, hay que declarar penalties", indicó Yúshenko
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Tras la polémica (entre nuevas elecciones abiertas a todos los candidatos o repetir la segunda vuelta) se oculta el intento de Kuchma de ganar tiempo, tal vez con la idea de buscar un candidato de relevo con una imagen menos empañada que la de Yanukóvich, y el temor de Yúshenko a perder el apoyo de sus seguidores, que se desgastan en la calle, por unos comicios que harían tábula rasa de sus conquistas. Las apuestas son fuertes, y los peligros también en caso de acorralar a Yanukóvich en su base de poder en las regiones orientales de Ucrania. La víspera, en presencia de los mediadores internacionales, Yanukóvich, con aspecto apagado, había dicho que era importante evitar que media Ucrania fuera "humillada" por la otra media, señalaron fuentes presentes en la reunión.

"No conozco ningún país donde exista una norma jurídica que permita repetir las elecciones", dijo Kuchma, refiriéndose a una tercera vuelta electoral. "Eso no dará nada. Se puede volver a votar por tercera vez, por cuarta, veinticinco veces, hasta que una de las partes obtenga los resultados necesarios", exclamó Putin, que se desplazó hasta el aeropuerto de autoridades de Moscú para conversar allí con su colega ucranio, que volvió rápidamente a Kiev. Ucrania, dijo Putin, puede considerarse como "un país totalmente rusohablante", porque, "de acuerdo con el censo electoral, en ese país vive un 17% de rusos étnicos y de hecho muchos más".

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Yúshenko comparó ayer los comicios a un partido de fútbol, cuyos dos tiempos se jugaron, respectivamente, el 31 de octubre y el 21 de noviembre, para acabar en un empate. Aludiendo a "los que dicen que debe jugarse un nuevo partido", afirmó: "No vamos a permitirlo, no está bien. Si el árbitro no puede decidir quién es el ganador, hay que pasar a los penaltis".

Por la noche, desde la plaza de la Independencia, y tal vez como respuesta a Putin, Yúshenko se dirigió en ruso a los ucranios del este y les aseguró que sus derechos, incluido el de hablar en ruso, serán respetados. Insistió, no obstante, en que la lengua estatal es el ucranio. Yúshenko prometió a las regiones que podrán elegir a sus gobernadores. Este punto no coincidía con lo que aseguraban ayer mismo los miembros de su equipo, refiriéndose a los desacuerdos de una comisión para la reforma constitucional que comenzó a trabajar ayer. Los seguidores de Yúshenko eran partidarios de que el presidente conserve la facultad de nombrar a los gobernadores y a los ministros de Defensa, Interior y Seguridad.

"No hay ninguna circunstancia tranquilizadora. Debemos mostrar a las autoridades que si en los próximos días no se decide la fecha de una repetición de las elecciones, tomaremos medidas adecuadas", señaló Yúshenko. "Las autoridades intentan ganar tiempo y poner en la línea de salida nuevas figuras políticas con una reputación no tan empañada como Yanukóvich", afirmó. Altas fuentes del equipo de Yanukóvich, que no quisieron ser nombradas, confirmaron ayer a esta corresponsal que consideraban otras candidaturas para sustituirle en futuros comicios y mencionaron como posibilidades al jefe del Parlamento, Vladímir Litvin, y al ex jefe del Banco Central Serguéi Tigipko, que dirigió la campaña de Yanukóvich.

El fallo del Tribunal Supremo es esperado hoy. Dada la naturaleza de la querella que se examina, cualquier admisión de fraude por parte de los jueces empaña la figura de Yanukóvich y plantea el problema de su idoneidad para volver a someterse al voto popular. Las sesiones del Tribunal Supremo son transmitidas en directo por varios canales de la televisión y también, de forma intermitente, se transmite lo que sucede en la plaza de la Independencia. Los ciudadanos pueden ver así lo que es una exhaustiva acta de acusación contra el régimen, con testigos de cargo, que incluyen a miembros de la Comisión Central Electoral, que se negaron a avalar los resultados oficiales. Lo que se oye en la sala no añade nada favorable a la reputación del primer ministro, a quien Yúshenko consideraba ya ayer como ex ministro, en función de la moción de censura que había realizado el Parlamento la víspera. Para poder sustituir a Yanukóvich por otro candidato, es necesario que se convoquen nuevas elecciones y no una segunda vuelta. Ante los mediadores internacionales, Kuchma insistió en que necesitaba tres meses para organizar el proceso electoral.

La posibilidad de involucrar por igual a Yúshenko en el fraude electoral quedó neutralizada cuando el Tribunal Supremo se negó el miércoles a admitir la querella paralela, pero mucho más tardía, de Yanukóvich para que se examinaran los resultados electorales en las regiones occidentales del país, que son el bastión del poder del candidato de la oposición.

Partidarios de Yúshenko se manifiestan en el centro de Kiev.
Partidarios de Yúshenko se manifiestan en el centro de Kiev.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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