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Al Qaeda reivindica el secuestro de dos italianos en Mauritania

La célula magrebí ha capturado a seis europeos en dos meses

Los dos italianos desaparecidos hace 10 días en el sureste de Mauritania están en manos de los militantes de Al Qaeda en el Magreb, que también retiene a tres cooperantes españoles y a un francés. El Ministerio de Exteriores italiano había seguido la pista del terrorismo internacional desde el principio. Ayer llegó la confirmación de sus sospechas. La cadena de televisión Al Arabiya emitió una grabación de voz en la que Salah Abu Mohamed, que se declara portavoz del grupo terrorista, reivindica el secuestro "en respuesta a los crímenes del Gobierno italiano en Afganistán e Irak".

En la web de la televisión con sede en Dubai fue colgada una fotografía que retrata al matrimonio sentado en un paraje desértico: él, Sergio Cicala, de 65 años, aparece con barba y entre las manos sostiene un documento de identidad; ella, Filomene Kabouree, de 39 años, está a su lado y tiene el rostro y las manos difuminados, pues la sharia (ley islámica) prohíbe mostrar imágenes femeninas. A sus espaldas, cinco hombres con la cara cubierta y túnicas beis levantan ametralladoras.

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Los secuestrados son vecinos de Cattini, un pueblo de la provincia de Palermo. Desaparecieron el 18 de diciembre, cuando se encontraban en Mauritania de paso hacia Burkina Faso, el país de origen de ella y donde quería visitar a su hijo. El minibús, con el que recorrían la carretera que conecta Kobeny (1.000 kilómetros al sur de la capital, Nuakchot) y Malí, fue encontrado por la policía con la carrocería y los neumáticos acribillados.

Un sospechoso detenido

El 22 de diciembre las autoridades mauritanas arrestaron a un ciudadano de Malí llamado Abdel Rahman Walid Amdu, que confesó haber coordinado el rapto a cambio de 22.000 dólares (15.000 euros) por encargo de Al Qaeda en el Magreb.

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La célula yihadista también ha secuestrado en los últimos dos meses a tres españoles (Alicia Gámez, Roque Pascual y Albert Vilalta, el 29 de noviembre en Mauritania) y a un francés (Pierre Camatte, el 25 de noviembre en Malí), que podrían encontrarse junto a la pareja italiana en algún lugar del desierto del norte de Malí, donde los terroristas conviven con los tuaregs, que llevan a cabo la negociación. El Ministerio de Exteriores italiano no ha confirmado esta hipótesis: "Estamos averiguando la veracidad de la grabación aunque nos parece plausible", y añadió: "Todavía no hemos entablado contacto con España". El ministro, Franco Frattini, dijo que Italia no "negocia con terroristas" y que viajará a la zona el 11 de enero.

Los secuestros en el extranjero de ciudadanos italianos ya provocaron en el pasado pesadillas al Gobierno del país transalpino. Como el caso de la periodista Giuliana Sgrena, liberada en marzo de 2005 en Irak tras un mes de cautiverio durante el cual apareció en un conmovedor vídeo para pedir negociar con los secuestradores. O el del freelance Enzo Baldoni, secuestrado en Nayaf en 2004 y asesinado tras semanas de frenética negociación. O el caso, con final feliz, de las dos Simonas, las dos jóvenes cooperantes secuestradas en Bagdad.

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