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Al Qaeda sacude Irak con una oleada de atentados coordinados

Los ataques buscan dejar en evidencia a las fuerzas de seguridad locales

Porque los atentados retumbaron ayer en Irak de norte a sur, en más de 10 ciudades, y por la coyuntura política y militar que atraviesa el país, los ataques con coches bomba contra cuarteles de la policía y los asesinatos a tiros de agentes suponen un desafío en toda regla a la capacidad del Ejército y de la policía iraquíes para mantener el orden después del repliegue a sus bases de los 50.000 soldados estadounidenses que permanecen en el país. Al menos 64 personas murieron y casi 300 fueron heridas ayer en unos ataques sobre cuya responsabilidad hay pocas dudas. Los seguidores de Al Qaeda en Irak se han propuesto dejar en evidencia a los mandos militares locales y estadounidenses, que aseguran que las fuerzas iraquíes están preparadas para asumir el reto en solitario.

EE UU ultima la retirada formal de sus tropas de combate
Muchos creen que los actos terroristas no han hecho más que empezar

Alrededor de las ocho de la mañana se oyó a varios kilómetros a la redonda el estruendo de una detonación en Bagdad. El coche cargado de explosivos estalló junto a la comisaría del barrio de El Cairo, poblado por chiíes y suníes y uno de los vecindarios donde Al Qaeda se hizo fuerte en 2006 y 2007. Quince personas fallecieron.

Horas después, en Kut, a 150 kilómetros al sur de la capital, un suicida empotró su vehículo en la estación de policía, desplomó el edificio y al menos 30 agentes fallecieron. En Kirkuk, Faluya, Ramadi, Kerbala y algunas ciudades más perecieron al menos otra veintena de personas en diferentes ataques.

El general Stephen Lanza, portavoz del Ejército de EE UU, declaró que los ataques son "un intento desesperado" por socavar la confianza de los iraquíes en sus fuerzas de seguridad. No está nada claro que se trate de una actitud desesperada de los terroristas. Mucha gente cree que los atentados terroristas no han hecho más que empezar. Más dudas todavía recaen sobre la preparación y diligencia de la policía y el Ejército para afrontar el reto. Gran parte de los ciudadanos iraquíes auguran muy malos tiempos.

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Lo que resulta también evidente es que ya no pueden atribuirse estos atentados a islamistas procedentes de otros países, que abandonaron en su gran mayoría Irak hace ya tiempo. "Poniendo en juego toda su capacidad, el enemigo está intentando aumentar los ataques durante este periodo que coincide con la retirada de las tropas de combate de Estados Unidos de Irak", afirmó el general Kassim al Mussaui.

En el siempre cambiante escenario de guerra iraquí tampoco está nada claro que los fundamentalistas hayan puesto toda la carne en el asador a las primeras de cambio. Es lo que sugirió el propio mando militar iraquí cuando añadió: "Tenemos planes para afrontar estos ataques terroristas".

Los objetivos de la arremetida de los fundamentalistas suníes admiten poca duda. Los atentados más graves se ejecutan en barrios o ciudades habitadas por chiíes, y tienen en el punto de mira también a jueces y funcionarios. A menos de una semana del repliegue formal de los uniformados estadounidenses a sus cuarteles -en la práctica las unidades de combate ya abandonaron el país el 19 de agosto-, Irak se tambalea una vez más.

Una niña herida por la explosión de una bomba en Kerbala, al sur de Bagdad.
Una niña herida por la explosión de una bomba en Kerbala, al sur de Bagdad.ASSOCIATED PRESS

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