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Reagan fortalece su posición con el apoyo del senador Baker

La campaña electoral norteamericana, en su primera fase para el nombramiento de los candidatos demócrata y republicano a la elección presidencial del 4 de noviembre, se centra hoy en las elecciones primarias en el industrial Estado de Pensilvania, situado en el noreste de Estados Unidos. Si el republicano Ronald Reagan tiene prácticamente garantizada su victoria frente a su adversario Georges Bush, entre los demócratas la batalla se anuncia muy reñida para Jimmy Carter, y Edward Kennedy.

«Ha llegado el momento para la unidad de nuestro partido», dijo el senador republicano Howard Baker, ex candidato presidencial, al declarar su apoyo a Ronald Reagan. El hecho, de capital importancia para Reagan, se produjo durante la tarde del domingo, en la pequeña localidad de Springfield, uno de los barrios de Filadelfia.El dúo Reagan-Baker cuenta con serias posibilidades de ocupar la Casa Blanca a partir del próximo mes de noviembre, si continúa la caída de popularidad del actual presidente demócrata, Jimmy Carter. Los últimos sondeos de opinión indican que ante una posible lucha electoral entre Carter y Reagan, el segundo podría desbancar al actual presidente.

Jimmy Carter sigue al margen de las incidencias electorales, justificando su ausencia por los graves problemas de política exterior, con los cincuenta rehenes norteamericanos en Teherán y la invasión soviética en Afganistán. Sin embargo, esos dos temas que le aportaron una espectacular subida de popularidad el pasado mes de diciembre pueden volverse contra él, ante el punto muerto en que se encuentra la tensión Irán-Estados Unidos, el impopular boicoteo a los Juegos Olímpicos de Moscú y, sobre todo, por el deterioro de la situación económica en Estados Unidos.

Con una población activa en el sector industrial del 42%, los casi seis millones de electores inscritos en el Estado de Pensilvania pueden rechazar hoy con su voto la política socioeconómica de la Administración Carter, altamente inflacionista y generadora de desempleo. Edward Kennedy así lo espera, como anunció en sus últimas jornadas de campaña electoral en los centros mineros y siderúrgicos del Estado de Pensilvania, donde se encuentra la ciudad de Pittsburg.

A la espera de los resultados electorales, los comentaristas analizan las posibilidades del eventual equipo presidencial Reagan-Baker, unión que perjudica y pone en serio peligro de supervivencia la carrera del ex embajador y ex director de la CIA, Georges Bush, aspirante republicano al nombramiento como candidato de su partido a la presidencia de EE UU. Ronald Reagan, ex actor cinematográfico y ex gobernador del Estado de California, «reequilibra» sus dos imágenes más negativas, de hombre de avanzada edad (69 años) e ideas ultraconservadoras, con la alianza de una personalidad como Howard Baker, 55 años, activo senador por el Estado de Tennesse, considerado como un «liberal-conservador» dentro del Partido Republicano. En este caso, algunos observadores apuntan la posibilidad de una vuelta a la dirección de la política exterior por parte de Henry Kissinger, el hombre fuerte de la última Administración republicana con Gerald Ford y antes con Richard Nixon. Un tándem que contaría con el apoyo de los medios financieros estadounidense, y en particular, del grupo banquero Rockefeller, como alternativa a la «mística» política del actual presidente demócrata, Jimmy Carter.

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